martes, 29 de julio de 2008

Longevidad y salud. "las zonas azules".

Longevidad y Salud

Aunque no necesariamente la longevidad es un objetivo en si, sino más bien la calidad de la vida, lo cierto es que las comunidades longevas, lo son porque son mas saludables. Parte del secreto ya sabido es el ejercicio, el sol , vivir mentalmente bien y en comunidad y por supuesto una dieta saludable que como en el caso de los Adventistas del Septimo Dia es por tener una alimentación vegana y hasta cierto punto crudista. El articulo de aqui lo muestra como vivir más tiempo. Publicado originalmente en Yahoo noticias Internacionales 21 de mayo de 2008, 05:46 PM.

'Blue Zones'

- Si usted está buscando la fuente de la juventud, olvídese de las píldoras y los suplementos alimenticios. Dan Buettner ha visitado cuatro sitios en los que la gente vive normalmente 90 o 100 años y cuenta cómo añadir años a su vida en su libro "The Blue Zones" (Las zonas azules).
La fórmula, según Buettner, incluye porciones más chicas durante las comidas, una vida activa y beber en forma moderada. "Si alguien le dice que tiene una pastilla u hormona (que prolonga la vida), le está sacando dinero", Buettner. Buettner identifica cuatro sitios donde le gente vive más que el promedio: la región de Barbagia, en Cerdeña; la isla japonesa de Okinawa; una comunidad de Adventistas del Séptimo Día en Loma Linda, California, 100 kilómetros (60 millas) al este de Los Angeles, y la península de Nicoya en Costa Rica. El término "zona azul" fue inspirado por la tinta azul que usó el demógrafo belga Michel Poulain para marcar en un mapa una región de Cerdeña donde abundan las personas longevas.
Buettner investigó el tema durante siete años y en sus viajes por el mundo encontró varios denominadores comunes a las personas longevas: todos tienen relaciones familiares muy sólidas, una razón de ser y hábitos alimenticios saludables. Los desmenuza en nueve secciones y prepara una especie de menú con el que una persona puede armar su propia zona azul. "Si uno elige media docena de cosas de este menú, probablemente agregue de ocho a diez años a su vida y se sienta más joven", afirmó Buettner, un individuo alto, de 48 años, que espera vivir hasta los 100.
Buettner decidió investigar los secretos de las personas longevas luego de dirigir tres expediciones en bicicleta de larga distancia: una del extremo norte de América del Norte hasta el extremo más austral de América del Sur; otra cruzando Estados Unidos, Europa y la Unión Soviética, y la tercera a través de Africa. También estudió cosas como la desaparición de la civilización maya y el origen del ser humano en Africa. Hizo su primera expedición a Okinawa en el 2000 y escribió un reportaje de primera plana para la revista National Geographic, titulado "Los secretos de una vida larga", en noviembre del 2005. Ese proyecto desembocó en la publicación de "Las zonas azules" en marzo, editado por National Geographic. El libro debutó en el 15to lugar de la lista de libros con consejos más vendidos. Luego las ventas mermaron. A lo largo de la historia, los seres humanos han querido vivir más tiempo, incluso para siempre, según el doctor Robert Butler, presidente del Centro Internacional sobre Longevidad de Nueva York.
Pero Butler se muestra escéptico de los lugares que dicen favorecer la longevidad."Siempre se dicen cosas y al final no hay nada cierto", expresó Butler, quien es citado en "Las zonas azules" pero no leyó el libro. Buettner sabe que estas afirmaciones generan suspicacias. Afirma, no obstante, que él y su equipo de demógrafos, que incluyó a Poulain, revisaron detenidamente los registros con las fechas de nacimiento y de muerte de las personas. "Tenemos datos estadísticos que indican que en estos lugares la gente vive más tiempo. No es algo anecdótico", manifestó.
Si bien la elaboración de estadísticas basadas en las expectativas de vida no son nada nuevo, Buettner "les dio un rostro humano y halló características especiales, como la dieta o la felicidad, típicas de una región", expresó el doctor Thomas T. Perls, director del New England Centenarian Study y profesor adjunto de la Facultad de Medicina de la Universidad de Boston. Pearl también es citado en el libro. Buettner comprobó que la gente que vive mucho tiempo tiene una razón de ser y un círculo de apoyo. En Okinawa, por ejemplo, las mujeres participan en redes sociales conocidas como moais. "Incluso a los 100 años, se reúnen en su moai, todos los días a las 5 de la tarde. Se sientan, beben un par de tazas de sake, se cuentan chismes, habla de sexo. Si alguien no asiste, las demás van a ver si le sucedió algo, si se cayó y si necesita ayuda", dijo Buettner. Agregó que las mujeres de Okinawa tienden a ser líderes espirituales, lo que les da una razón de ser, o "ikigai". La participación en servicios religiosos también ayuda. Los Adventistas del Séptimo Día observan el Sabbat los sábados, lo que alivia su stress. "No hay duda de que el aspecto espiritual, la sensación de que uno tiene un lugar en el mundo, de que es una persona valiosa, ayuda a que la persona cuide su salud, lo que le permite vivir más tiempo", declaró el doctor Richard Hart, presidente del Centro de Ciencias de la Salud Adventista de la Universidad de Loma Linda.
Comer cantidades limitadas y platos saludables son otros dos elementos clave, según Buettner. Los ancianos de Okinawan comen hasta que llenan el 80% de su estómago y los centenarios de Cerdeña, Okinawa y Nicoya rara vez comen carne. Algunos adventistas comen solo verduras y nueces. Los ancianos de Okinawa comen mucho tofu. Los longevos tienden a beber con moderación, según Buettner. En Cerdeña toman un vino tinto fuerte, que contiene muchos antioxidantes. La exposición al sol, fuente de vitamina D, es común en las zonas azules. "No hay que pasarse de la cuenta, pero solearse durante 20 minutos todos los días en climas o latitudes donde hay rayos solares de buena calidad probablemente sea algo positivo", dijo Buettner. El escritor también postula una actividad física de bajo impacto. Luego de años de bicicleta, comenzó a hacer yoga. Además patina en verano y hace esquí a campo traviesa en invierno. "Uno tiene que identificar lo que le gusta y hacerlo", expresó. Buettner recomienda deshacerse de muchas comodidades de la vida moderna, como el control remoto de la televisión y las cortadoras de césped eléctricas. Dice que guarda su ropa en el tercer piso de su casa. "Cada vez que necesito una camisa debo subir tres pisos", señaló. Buettner destaca que la vida moderna compromete las expectativas de vida de los sitios donde abundan los longevos. En Cerdeña, por ejemplo, aumentan las tasas de obesidad porque la gente bebe gaseosas y come papas fritas de bolsa. "El fenómeno de la longevidad desaparece en todos lados, con excepción tal vez de los adventists. El objetivo de este libro fue estudiarlo antes de que desaparezca", indicó Buettner.

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