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Adaptado del Dr. Jose Antonio Velez
El papel arrugado o
No estrujes corazones
Cuando era joven,mi caracter era fuerte, impetuoso y explosivo, me reventaba en cólera a la menor provocación.
La mayoría de las veces, después de uno de esos incidentes, me sentia avergonzado y me esforzaba por consolar a quien habia ofendido o dañado.
Un día uno de mis maestros, quien me vió dando excusas a un compañero de salón después de una explosión de ira, me llevó a un aula, me entregó una hoja de papel lisa y me dijo:
Estrújalo!
Asombrado, obedecí, lo arrugué e hice con él una bola.
Luego me dijo:
Ahora déjalo como estaba antes...
Por supuesto no pude dejerlo como estaba.
Por más que trate, el papel quedó lleno de arrugas y pliegues.
El Profesor me dijo:
El corazón de las personas es como este papel...
La impresión que dejas en ellos, será tan difícil de borrar como estas arugas y esos pliegues que has hecho en el papel.
Así aprendí a ser más comprensivo y paciente.
Cuando siento ganas de estallar, recuerdo este papel arrugado. Laa impresión que dejamos enlos demás es imposible de borrar.... más aúnm cuando lastimamos con nuestras reacciones o con nuestras palabras...
domingo, 30 de diciembre de 2007
sábado, 29 de diciembre de 2007
No tengo tiempo
De nuestro amigo Alfonso Aguiló, de Fluvium (www.interrogantes.net) de nuevo una muy buena reflexión sobre este tema del tiempo y los pretextos que hacemos, "para no tener tiempo" para ciertas cosas.
Un hombre trabaja serrando árboles en un bosque. Pone mucho empeño y, sin embargo, está angustiado por el bajo rendimiento que obtiene de su prolongado esfuerzo. Cada día le lleva más tiempo acabar su tarea, de modo que le sorprende la noche cuando aún le quedan bastantes troncos por serrar.
En su afán por trabajar cada día más, no se da cuenta de que esa lentitud se debe a que tiene muy gastado el filo de la sierra. Un buen día se le acerca un compañero y le pregunta:
—Oye, ¿cuánto tiempo llevas con este árbol?
—Más de dos horas.
—Es raro que lleves tanto tiempo si trabajas a ese ritmo..., ¿por qué no descansas un momento y afilas la sierra?
—No puedo parar, llevo mucho retraso.
—Pero luego irás más deprisa y pronto recuperarás los pocos minutos que supone afilar la sierra.
—Lo siento, pero tengo mucho trabajo pendiente y no puedo perder ni un minuto.
Y así concluyó aquella conversación.
Algo muy parecido a este diálogo se repite con frecuencia en el interior de muchas personas preocupadas por problemas que afectan seriamente a sus vidas. Se plantean que quizá deben mejorar su preparación profesional, que deben aumentar su cultura, que tienen que formarse, que necesitan una renovación personal que les saque de su fatigosa y rutinaria monotonía...; pero al final concluyen que no tienen tiempo, que tienen tanto trabajo que no pueden perder ni un minuto en teorías.
Lo más práctico una buena teoría
Es cierto que en muchos casos la formación que a uno le ofrecen o le han ofrecido parece muy teórica y que no resuelve los problemas que tiene la gente. La solución entonces es procurarse una formación que no sea tan teórica y se adapte a las propias necesidades, pero no renunciar a la formación.
El riesgo de caer en agotadoras disquisiciones teóricas no debe hacernos desdeñar la buena y sana teoría de las cosas. Es preciso encontrar un equilibrio, porque muchas veces, cuando alguien dice que la teoría no le interesa, que ya se la sabe, lo que probablemente le suceda es que esté confundiendo la teoría con una vaga y soporífera verborrea, puesto que no hay nada más práctico que una buena teoría. Y a bastantes que aseguran no querer ni oír hablar de teorías lo que quizá les falle es precisamente la teoría (en el buen sentido del término). O, visto de otra manera, lo que les pierde es una teoría de segundo grado: lo que les pierde es la teoría del desprecio por la teoría.
Atender con esmero a la propia formación es decisivo para la mejora del carácter y, en general, para alcanzar una vida lograda. El problema es que casi todas las actividades encaminadas a mejorar nuestra formación son de esas actividades importantes pero no urgentes que, por no apremiarnos en el día a día, muchas personas suelen dejarlas para un hipotético momento futuro que luego nunca llega.
Un hombre trabaja serrando árboles en un bosque. Pone mucho empeño y, sin embargo, está angustiado por el bajo rendimiento que obtiene de su prolongado esfuerzo. Cada día le lleva más tiempo acabar su tarea, de modo que le sorprende la noche cuando aún le quedan bastantes troncos por serrar.
En su afán por trabajar cada día más, no se da cuenta de que esa lentitud se debe a que tiene muy gastado el filo de la sierra. Un buen día se le acerca un compañero y le pregunta:
—Oye, ¿cuánto tiempo llevas con este árbol?
—Más de dos horas.
—Es raro que lleves tanto tiempo si trabajas a ese ritmo..., ¿por qué no descansas un momento y afilas la sierra?
—No puedo parar, llevo mucho retraso.
—Pero luego irás más deprisa y pronto recuperarás los pocos minutos que supone afilar la sierra.
—Lo siento, pero tengo mucho trabajo pendiente y no puedo perder ni un minuto.
Y así concluyó aquella conversación.
Algo muy parecido a este diálogo se repite con frecuencia en el interior de muchas personas preocupadas por problemas que afectan seriamente a sus vidas. Se plantean que quizá deben mejorar su preparación profesional, que deben aumentar su cultura, que tienen que formarse, que necesitan una renovación personal que les saque de su fatigosa y rutinaria monotonía...; pero al final concluyen que no tienen tiempo, que tienen tanto trabajo que no pueden perder ni un minuto en teorías.
Lo más práctico una buena teoría
Es cierto que en muchos casos la formación que a uno le ofrecen o le han ofrecido parece muy teórica y que no resuelve los problemas que tiene la gente. La solución entonces es procurarse una formación que no sea tan teórica y se adapte a las propias necesidades, pero no renunciar a la formación.
El riesgo de caer en agotadoras disquisiciones teóricas no debe hacernos desdeñar la buena y sana teoría de las cosas. Es preciso encontrar un equilibrio, porque muchas veces, cuando alguien dice que la teoría no le interesa, que ya se la sabe, lo que probablemente le suceda es que esté confundiendo la teoría con una vaga y soporífera verborrea, puesto que no hay nada más práctico que una buena teoría. Y a bastantes que aseguran no querer ni oír hablar de teorías lo que quizá les falle es precisamente la teoría (en el buen sentido del término). O, visto de otra manera, lo que les pierde es una teoría de segundo grado: lo que les pierde es la teoría del desprecio por la teoría.
Atender con esmero a la propia formación es decisivo para la mejora del carácter y, en general, para alcanzar una vida lograda. El problema es que casi todas las actividades encaminadas a mejorar nuestra formación son de esas actividades importantes pero no urgentes que, por no apremiarnos en el día a día, muchas personas suelen dejarlas para un hipotético momento futuro que luego nunca llega.
jueves, 27 de diciembre de 2007
¿Por qué tenemos guerras...?
Una muy buena reflexión para el próximo año, de Vicens Rodriguez . El dia de hoy asesinaron a la líder de la oposición en Pakistán, víctima de un bombazo suicida y cobarde, que silencia una voz de protesta femenina en una región machista subyugado por un pseudo fervor religioso. Mientras existan estos crueles asesinatos el mundo rodará en la violencia.
¿Por qué tenemos guerras...?
"Todos nosotros tenemos la culpa de que continúen los horrores actuales. Son el resultado externo de nuestras realidades íntimas, nuestra diaria vida de codicia, mala voluntad, sensualidad, envidia, afanes adquisitivos y religión especializada. La culpa es de todos los que, entregados a esas fuerzas, han engendrado esta espantosa calamidad. Es porque somos individualistas, nacionalistas, vengativos, que cada uno de nosotros ha contribuido a este asesinato en masa. Se nos ha enseñado a matar y a morir, pero no a vivir.
Si de todo corazón aborrecen ustedes la matanza y la violencia en cualquiera de sus formas, encontrarán el medio de vivir pacífica y constructivamente. Si este fuera nuestro fundamental interés, averiguaremos dónde están las causas y los instintos, que engendran la violencia, el odio y los asesinatos en masa.
¿Les anima ese interés total y apasionado en suprimir la guerra? Si la respuesta es afirmativa, tendrán que arrancar de ustedes mismos los motivos que inducen a emplear la violencia y a matar. No existen para ello razones válidas. Si desean acabar con las guerras, tendrá que producirse una revolución íntima y profunda que nos llene a todos de tolerancia y compasión. Nuestro pensar y sentir tendrá que liberarse del patriotismo, de la codicia, de toda identificación con determinados grupos y de todas las causa que engendran enemistad.”
(Así contestó Jiddu Krishnamurti a una mujer que había perdido a su único hijo en la guerra por la que recibió la bandera de la patria, una medalla y una pobre pensión...)
¡Buenos días...!
26 de diciembre del 2007
¿Por qué tenemos guerras...?
"Todos nosotros tenemos la culpa de que continúen los horrores actuales. Son el resultado externo de nuestras realidades íntimas, nuestra diaria vida de codicia, mala voluntad, sensualidad, envidia, afanes adquisitivos y religión especializada. La culpa es de todos los que, entregados a esas fuerzas, han engendrado esta espantosa calamidad. Es porque somos individualistas, nacionalistas, vengativos, que cada uno de nosotros ha contribuido a este asesinato en masa. Se nos ha enseñado a matar y a morir, pero no a vivir.
Si de todo corazón aborrecen ustedes la matanza y la violencia en cualquiera de sus formas, encontrarán el medio de vivir pacífica y constructivamente. Si este fuera nuestro fundamental interés, averiguaremos dónde están las causas y los instintos, que engendran la violencia, el odio y los asesinatos en masa.
¿Les anima ese interés total y apasionado en suprimir la guerra? Si la respuesta es afirmativa, tendrán que arrancar de ustedes mismos los motivos que inducen a emplear la violencia y a matar. No existen para ello razones válidas. Si desean acabar con las guerras, tendrá que producirse una revolución íntima y profunda que nos llene a todos de tolerancia y compasión. Nuestro pensar y sentir tendrá que liberarse del patriotismo, de la codicia, de toda identificación con determinados grupos y de todas las causa que engendran enemistad.”
(Así contestó Jiddu Krishnamurti a una mujer que había perdido a su único hijo en la guerra por la que recibió la bandera de la patria, una medalla y una pobre pensión...)
¡Buenos días...!
26 de diciembre del 2007
Motor de cambio para el próximo año
Cada quien debe de hacer sus propios propósitos de año nuevo. HAy que mejorar, ese es el motor de cambio. Este magnifico escritor nos propone 8 cambios que me parecieron de lo mejor de lo que he leido al respecto. Los someto a su consideración y discusion
Motor de cambio
Por Joachim de Posada
Reflexiones del 2007 en este el ultimo articulo de este año.
26 de diciembre de 2007, 04:01 AM
¡Qué rápido pasa el tiempo!
Ya se nos ha ido de las manos el año 2007 y entramos en el 2008.
Tal parece que fue ayer que estábamos celebrando la llegada del 2007 y pum, ya se fue.
Un año que pasó y que nunca más se podrá recobrar. Las cosas buenas que nos pasaron y las malas, ya son parte del pasado y podemos celebrar que estamos vivos, yo escribiendo esta columna y ustedes leyéndola. Creo que es un buen momento para pensar en algunas de las características que son necesarias para ser líderes, o si no líderes, seguidores fieles a la causa que nos apasione o la profesión u oficio que hayamos escogido.
Comencemos por si no la más importante, una de las más importantes:
1. Integridad: Para mí la integridad es hacer lo que dices que vas a hacer. Ganarte la confianza de tus amigos, clientes o compañeros de trabajo porque saben que cuando dices algo, lo cumples. Cumple tus promesas, punto. Así de simple. El obstáculo más grande que se interpone entre tú y tu círculo de influencia es que no sepan con seguridad que tú hagas lo que dices que vas a hacer. ¿Eres tú una persona conocida por tu integridad? ¿Cumpliste las promesas que le hiciste a tus hijos? ¿A tu esposa? ¿A tus seres queridos? Esa son preguntas que te tienes que hacer ya cuando finaliza el 2007 para que si ése no es el caso, hagas una firme resolución para cambiar la forma que actúas de ahora en adelante.
2. Optimista/Realista: La gente no quiere seguir a aquellos que piensan que el futuro es negro. Tampoco quieren seguir a aquellos que ven todo color de rosa y no se anticipan a dificultades que están en el futuro y que requieren nuestra atención para resolverlas. La gente quiere una mezcla de optimismo realismo. Se necesitan líderes, gerentes, padres de familia que puedan ver el futuro y que le puedan comunicar a sus seguidores que hay una mejor situación en el futuro y que ellos pueden llevarlos allá. ¿Ve usted el vaso de agua medio vacío? Si ese es el caso, usted es un pesimista. ¿Ve usted el vaso de agua medio lleno? Entonces es usted un optimista. Si lo ve totalmente lleno, la mitad de agua y la otra mitad de aire, entonces es usted un súper optimista y además realista porque ese vaso está lleno de aire y de agua. Conviértase en el 2008 en un optimista realista que ve todas las posibilidades en todas las dimensiones.
3. Acepte el cambio: La gente que tiene influencia es aquellas que ve claramente la necesidad de cambiar, de salirse de la zona de comodidad y así lo hacen. Los seguidores tienen una tendencia a querer quedarse donde están, porque éso es cómodo. Los influyentes tienen que ver la necesidad de cambiar y saber cómo comunicárselo a su gente. Si usted no cambia, usted no crece, tan simple como éso. ¿En el 2007, hiciste los cambios que tenías que hacer, o todavía estas atascado en el mismo sitio? ¿Empezastes el libro que te dijistes a ti mismo que ibas a empezar a escribir? ¿Te matriculaste en la universidad que dijiste que te ibas a matricular para obtener tu grado universitario? ¿Le dijiste a tu jefe que tú tienes habilidades y destrezas que la empresa no está utilizando y que aspiras a una mejor posición? ¡Salte de la zona de comodidad!
4. Toma riesgos calculados: Cada vez que tratamos de hacer algo novedoso, estamos tomando un riesgo. Esto es parte del crecimiento personal y profesional y hay que hacerlo. La mayoría de las personas evitan el riesgo pero los líderes no son así. Los líderes calculan el riesgo que hay que tomar y lo que se ganaría o perdería si no se tiene éxito. Ésto se lo comunican a sus seguidores y echan para delante. ¿Tomaste los riesgos necesarios en el 2007 o sigues anclado en tu zona de comodidad?
5. Persistencia: La tendencia de los seguidores es darse por vencido bien rápido o cuando las cosas se ponen calientes. El lema que siguen es "si no se puede en dos o tres intentos, hay que darse por vencido y hacer otra cosa". Si los grandes inventores de la historia hubieran pensado así, no estaría yo escribiendo en esta computadora y no tendría esta bombilla que alumbra mi oficina ya que a Thomas Edison le tomό más de 1,000 intentos inventar la bombilla. Cuando le preguntaban cómo había podido soportar más de mil fracasos, dijo que no eran fracasos, sino descubrimientos de cómo no hacer una bombilla. Piensa si en el 2007 te distes por vencido muy rápido y si para el 2008, tienes que ponerte las pilas de la perseverancia para que logres lo que tienes que lograr.
6. ¿Eres un catalista? Un líder es aquel que tiene la habilidad de despertar las pasiones en otros. Entusiasman a sus seguidores para que tomen acción y se atrevan a dar los pasos necesarios para conseguir las metas que tienen en común. Piénsalo bien. ¿Puedes tu motivar a otros o tienes que depender del miedo, castigo o la autoridad impuesta?
7. Disciplina: Lo seguidores quieren seguir a aquellos que tienen la disciplina para hacer lo que haya que hacer. Quieren personas más dedicadas que ellos mismos, que den el ejemplo no que sólo sea de boca. A la primera señal que el líder no tiene la disciplina o no está comprometido, los seguidores salen por la puerta. Como alguien dijo hace muchos años, "El ejemplo no es la técnica más importante de la persuasión, es verdaderamente la única"
8. Perdona el pasado. Ya tenemos bastantes obstáculos y situaciones que tenemos que resolver para además de eso, estar arrastrando el pasado. Los lideres saben perdonar y no son rencorosos porque saben que la persona rencorosa lleva encima una carga que lo que hace es hacerle mas difícil el camino en la vida. Cuando se dejan atrás las rencillas, el odio y los malos pensamientos hacia otra persona, uno se libera de una carga bien pesada. Conozco a una persona que lleva más de veinte años odiando a una persona que fue injusto con ella y hoy en día, sigue con ese odio permanente en su corazón. Eso se convierte en un albatros en el cuello que al que de verdad le hace daño es al que odia.
Empieza el 2008 con una mente limpia, libre de todo rencor y odio y verás que las cosas te saldrán mucho mejor de lo que piensas.
Les deseo de todo corazón que el 2008 sea uno de mucho éxito para todos ustedes. Trataré de seguir escribiendo artículos que sean de utilidad para así todos juntos trabajar porque nuestro mundo sea uno mejor para cada uno de los habitantes del planeta.
Feliz año a todos.
Motor de cambio
Por Joachim de Posada
Reflexiones del 2007 en este el ultimo articulo de este año.
26 de diciembre de 2007, 04:01 AM
¡Qué rápido pasa el tiempo!
Ya se nos ha ido de las manos el año 2007 y entramos en el 2008.
Tal parece que fue ayer que estábamos celebrando la llegada del 2007 y pum, ya se fue.
Un año que pasó y que nunca más se podrá recobrar. Las cosas buenas que nos pasaron y las malas, ya son parte del pasado y podemos celebrar que estamos vivos, yo escribiendo esta columna y ustedes leyéndola. Creo que es un buen momento para pensar en algunas de las características que son necesarias para ser líderes, o si no líderes, seguidores fieles a la causa que nos apasione o la profesión u oficio que hayamos escogido.
Comencemos por si no la más importante, una de las más importantes:
1. Integridad: Para mí la integridad es hacer lo que dices que vas a hacer. Ganarte la confianza de tus amigos, clientes o compañeros de trabajo porque saben que cuando dices algo, lo cumples. Cumple tus promesas, punto. Así de simple. El obstáculo más grande que se interpone entre tú y tu círculo de influencia es que no sepan con seguridad que tú hagas lo que dices que vas a hacer. ¿Eres tú una persona conocida por tu integridad? ¿Cumpliste las promesas que le hiciste a tus hijos? ¿A tu esposa? ¿A tus seres queridos? Esa son preguntas que te tienes que hacer ya cuando finaliza el 2007 para que si ése no es el caso, hagas una firme resolución para cambiar la forma que actúas de ahora en adelante.
2. Optimista/Realista: La gente no quiere seguir a aquellos que piensan que el futuro es negro. Tampoco quieren seguir a aquellos que ven todo color de rosa y no se anticipan a dificultades que están en el futuro y que requieren nuestra atención para resolverlas. La gente quiere una mezcla de optimismo realismo. Se necesitan líderes, gerentes, padres de familia que puedan ver el futuro y que le puedan comunicar a sus seguidores que hay una mejor situación en el futuro y que ellos pueden llevarlos allá. ¿Ve usted el vaso de agua medio vacío? Si ese es el caso, usted es un pesimista. ¿Ve usted el vaso de agua medio lleno? Entonces es usted un optimista. Si lo ve totalmente lleno, la mitad de agua y la otra mitad de aire, entonces es usted un súper optimista y además realista porque ese vaso está lleno de aire y de agua. Conviértase en el 2008 en un optimista realista que ve todas las posibilidades en todas las dimensiones.
3. Acepte el cambio: La gente que tiene influencia es aquellas que ve claramente la necesidad de cambiar, de salirse de la zona de comodidad y así lo hacen. Los seguidores tienen una tendencia a querer quedarse donde están, porque éso es cómodo. Los influyentes tienen que ver la necesidad de cambiar y saber cómo comunicárselo a su gente. Si usted no cambia, usted no crece, tan simple como éso. ¿En el 2007, hiciste los cambios que tenías que hacer, o todavía estas atascado en el mismo sitio? ¿Empezastes el libro que te dijistes a ti mismo que ibas a empezar a escribir? ¿Te matriculaste en la universidad que dijiste que te ibas a matricular para obtener tu grado universitario? ¿Le dijiste a tu jefe que tú tienes habilidades y destrezas que la empresa no está utilizando y que aspiras a una mejor posición? ¡Salte de la zona de comodidad!
4. Toma riesgos calculados: Cada vez que tratamos de hacer algo novedoso, estamos tomando un riesgo. Esto es parte del crecimiento personal y profesional y hay que hacerlo. La mayoría de las personas evitan el riesgo pero los líderes no son así. Los líderes calculan el riesgo que hay que tomar y lo que se ganaría o perdería si no se tiene éxito. Ésto se lo comunican a sus seguidores y echan para delante. ¿Tomaste los riesgos necesarios en el 2007 o sigues anclado en tu zona de comodidad?
5. Persistencia: La tendencia de los seguidores es darse por vencido bien rápido o cuando las cosas se ponen calientes. El lema que siguen es "si no se puede en dos o tres intentos, hay que darse por vencido y hacer otra cosa". Si los grandes inventores de la historia hubieran pensado así, no estaría yo escribiendo en esta computadora y no tendría esta bombilla que alumbra mi oficina ya que a Thomas Edison le tomό más de 1,000 intentos inventar la bombilla. Cuando le preguntaban cómo había podido soportar más de mil fracasos, dijo que no eran fracasos, sino descubrimientos de cómo no hacer una bombilla. Piensa si en el 2007 te distes por vencido muy rápido y si para el 2008, tienes que ponerte las pilas de la perseverancia para que logres lo que tienes que lograr.
6. ¿Eres un catalista? Un líder es aquel que tiene la habilidad de despertar las pasiones en otros. Entusiasman a sus seguidores para que tomen acción y se atrevan a dar los pasos necesarios para conseguir las metas que tienen en común. Piénsalo bien. ¿Puedes tu motivar a otros o tienes que depender del miedo, castigo o la autoridad impuesta?
7. Disciplina: Lo seguidores quieren seguir a aquellos que tienen la disciplina para hacer lo que haya que hacer. Quieren personas más dedicadas que ellos mismos, que den el ejemplo no que sólo sea de boca. A la primera señal que el líder no tiene la disciplina o no está comprometido, los seguidores salen por la puerta. Como alguien dijo hace muchos años, "El ejemplo no es la técnica más importante de la persuasión, es verdaderamente la única"
8. Perdona el pasado. Ya tenemos bastantes obstáculos y situaciones que tenemos que resolver para además de eso, estar arrastrando el pasado. Los lideres saben perdonar y no son rencorosos porque saben que la persona rencorosa lleva encima una carga que lo que hace es hacerle mas difícil el camino en la vida. Cuando se dejan atrás las rencillas, el odio y los malos pensamientos hacia otra persona, uno se libera de una carga bien pesada. Conozco a una persona que lleva más de veinte años odiando a una persona que fue injusto con ella y hoy en día, sigue con ese odio permanente en su corazón. Eso se convierte en un albatros en el cuello que al que de verdad le hace daño es al que odia.
Empieza el 2008 con una mente limpia, libre de todo rencor y odio y verás que las cosas te saldrán mucho mejor de lo que piensas.
Les deseo de todo corazón que el 2008 sea uno de mucho éxito para todos ustedes. Trataré de seguir escribiendo artículos que sean de utilidad para así todos juntos trabajar porque nuestro mundo sea uno mejor para cada uno de los habitantes del planeta.
Feliz año a todos.
martes, 25 de diciembre de 2007
Actitud Positiva
Magnífico artículo, como siempre, del Sr Aguiló, de fluvium.
Actitud positiva
Alfonso Aguiló
www.interrogantes.net, Fluvium
He recibido un e–mail, de esos envíos masivos que se mueven a diario por el ciberespacio, que habla de un tal Jerry. Tiene su gracia, y es breve, así que lo copio a continuación.
Jerry era director de un restaurante en una pequeña ciudad de Estados Unidos. Siempre estaba de buen humor y tenía algo positivo que decir.
Era un motivador nato. Por dos veces, cuando cambió de trabajo, varios de sus empleados se empeñaron en seguirle a donde él fuera a trabajar. Si un trabajador tenía un día malo, Jerry siempre estaba allí, haciéndole ver el lado positivo de la situación.
Su manera de ser provocó mi curiosidad, así que un día le pregunté: «No me lo explico. No se puede ser positivo siempre, sin interrupción. ¿Cómo lo haces?». Jerry me contestó: «Cada mañana me levanto y me digo, tengo dos opciones, puedo elegir estar de buen humor o de mal humor. Y siempre elijo estar de buen humor. Cada vez que ocurre algo malo, puedo elegir entre el papel de víctima o el de aprender algo de aquello. Y procuro elegir lo de aprender algo. Cada vez que le oigo a alguien quejarse, puedo elegir entre sumarme a sus lamentos o fijarme en el lado positivo de la vida, y siempre escojo el lado positivo de la vida.»
«Pero no siempre es tan fácil», protesté. «Tampoco es tan difícil», contestó Jerry. «La vida es una elección constante. Cada situación es una elección. Eliges cómo reaccionar ante las situaciones. Eliges cómo va a afectar la gente a tu humor. Eliges estar de buen o de mal humor. Es elección tuya decidir cómo vives tu vida.»
Tiempo después, Jerry fue víctima de un atraco. Había olvidado cerrar con llave la puerta trasera del restaurante mientras hacía el balance de caja del día, y entraron dos hombres armados. Trató de abrir la caja fuerte, pero con el nerviosismo fallaba la combinación. Los atracadores se pusieron más nerviosos aún que él, y acabaron por dispararle. Afortunadamente, le llevaron enseguida al hospital, y después de una larga operación y varias semanas de convalecencia, Jerry recibió el alta.
Vi a Jerry unos meses después. Le pregunté qué le había venido a la mente cuando ocurrió el atraco. «La primera cosa en que pensé es que debía haber cerrado bien la puerta. Luego, después de que me disparasen, cuando estaba tendido en el suelo, recordé que tenía dos opciones: podía elegir vivir, o podía elegir morir. Y escogí vivir.»
«Los camilleros eran unos tíos simpáticos. Me animaban. Me decían que me iba a poner bien. Pero cuando me metieron en la sala de urgencias y vi las caras de los médicos y enfermeras, mientras me exploraban, me asusté realmente. En sus ojos se leía “es hombre muerto”. Entonces vi que tenía que pasar a la acción.»
«¿Qué hiciste?», pregunté. «Bueno, había una enfermera que me preguntaba a gritos si era alérgico a algo. “¡Sí!”, le contesté. Se hizo un silencio grande. Esperaban que continuara. Yo cogí aire y dije: “Sí, tengo alergia... ¡a las balas!”. Después de las risas de todos, les dije: “Quiero vivir. Así que, por favor, opérenme cuanto antes”».
Jerry piensa que vivió gracias a los médicos y enfermeras, pero también gracias a su actitud. Yo aprendí de él que cada día puedes elegir si vas a encarar la vida con ganas o te vas a amargar. La única cosa enteramente tuya, que nadie puede controlar o asumir en tu lugar, es tu actitud. De modo que si tu te das cuenta de esto, todo lo demás de la vida se hace bastante más fácil.
Todo un modo de vivir
La historia de Jerry concluye aquí. Es quizá un tanto simple, pero apunta una idea importante. Todos conocemos personas que, con su sola presencia, irradian sentido positivo. Su actitud es optimista, animosa, esperanzada. Poseen como una especie de campo magnético que orienta los de los que le rodean, que quizá son más débiles o más negativos. Son desactivadores de crispaciones y rencillas. Cuando afrontan una situación difícil, suelen ser serenos, conciliadores, armonizadores.
Suelen ser personas que han conseguido aprender de sus propias experiencias, tanto de las negativas como de las positivas. Creen en los demás. No reaccionan desproporcionadamente ante sus defectos, ni ante la crítica o las dificultades. No se sienten satisfechos cuando descubren los errores y debilidades de los demás (y eso no porque sean ingenuos, pues también ellos ven esos errores, pero saben que con su actitud pueden hacerles mejorar o encastillarse en su conducta). Procuran no etiquetar ni prejuzgar a la gente, sino descubrir los valores positivos que hay en toda persona. Despiertan agradecimiento y gratitud. No son envidiosas. Son agradecidas. Tienden, de forma casi natural, a perdonar y olvidar las ofensas que reciben. Buscan el modo de mejorar su formación. Leen, escuchan, poseen afán de conocer cosas, les interesa lo que interesa a quienes le rodean. En fin, toda una actitud digna de imitar en nuestra vida.
Actitud positiva
Alfonso Aguiló
www.interrogantes.net, Fluvium
He recibido un e–mail, de esos envíos masivos que se mueven a diario por el ciberespacio, que habla de un tal Jerry. Tiene su gracia, y es breve, así que lo copio a continuación.
Jerry era director de un restaurante en una pequeña ciudad de Estados Unidos. Siempre estaba de buen humor y tenía algo positivo que decir.
Era un motivador nato. Por dos veces, cuando cambió de trabajo, varios de sus empleados se empeñaron en seguirle a donde él fuera a trabajar. Si un trabajador tenía un día malo, Jerry siempre estaba allí, haciéndole ver el lado positivo de la situación.
Su manera de ser provocó mi curiosidad, así que un día le pregunté: «No me lo explico. No se puede ser positivo siempre, sin interrupción. ¿Cómo lo haces?». Jerry me contestó: «Cada mañana me levanto y me digo, tengo dos opciones, puedo elegir estar de buen humor o de mal humor. Y siempre elijo estar de buen humor. Cada vez que ocurre algo malo, puedo elegir entre el papel de víctima o el de aprender algo de aquello. Y procuro elegir lo de aprender algo. Cada vez que le oigo a alguien quejarse, puedo elegir entre sumarme a sus lamentos o fijarme en el lado positivo de la vida, y siempre escojo el lado positivo de la vida.»
«Pero no siempre es tan fácil», protesté. «Tampoco es tan difícil», contestó Jerry. «La vida es una elección constante. Cada situación es una elección. Eliges cómo reaccionar ante las situaciones. Eliges cómo va a afectar la gente a tu humor. Eliges estar de buen o de mal humor. Es elección tuya decidir cómo vives tu vida.»
Tiempo después, Jerry fue víctima de un atraco. Había olvidado cerrar con llave la puerta trasera del restaurante mientras hacía el balance de caja del día, y entraron dos hombres armados. Trató de abrir la caja fuerte, pero con el nerviosismo fallaba la combinación. Los atracadores se pusieron más nerviosos aún que él, y acabaron por dispararle. Afortunadamente, le llevaron enseguida al hospital, y después de una larga operación y varias semanas de convalecencia, Jerry recibió el alta.
Vi a Jerry unos meses después. Le pregunté qué le había venido a la mente cuando ocurrió el atraco. «La primera cosa en que pensé es que debía haber cerrado bien la puerta. Luego, después de que me disparasen, cuando estaba tendido en el suelo, recordé que tenía dos opciones: podía elegir vivir, o podía elegir morir. Y escogí vivir.»
«Los camilleros eran unos tíos simpáticos. Me animaban. Me decían que me iba a poner bien. Pero cuando me metieron en la sala de urgencias y vi las caras de los médicos y enfermeras, mientras me exploraban, me asusté realmente. En sus ojos se leía “es hombre muerto”. Entonces vi que tenía que pasar a la acción.»
«¿Qué hiciste?», pregunté. «Bueno, había una enfermera que me preguntaba a gritos si era alérgico a algo. “¡Sí!”, le contesté. Se hizo un silencio grande. Esperaban que continuara. Yo cogí aire y dije: “Sí, tengo alergia... ¡a las balas!”. Después de las risas de todos, les dije: “Quiero vivir. Así que, por favor, opérenme cuanto antes”».
Jerry piensa que vivió gracias a los médicos y enfermeras, pero también gracias a su actitud. Yo aprendí de él que cada día puedes elegir si vas a encarar la vida con ganas o te vas a amargar. La única cosa enteramente tuya, que nadie puede controlar o asumir en tu lugar, es tu actitud. De modo que si tu te das cuenta de esto, todo lo demás de la vida se hace bastante más fácil.
Todo un modo de vivir
La historia de Jerry concluye aquí. Es quizá un tanto simple, pero apunta una idea importante. Todos conocemos personas que, con su sola presencia, irradian sentido positivo. Su actitud es optimista, animosa, esperanzada. Poseen como una especie de campo magnético que orienta los de los que le rodean, que quizá son más débiles o más negativos. Son desactivadores de crispaciones y rencillas. Cuando afrontan una situación difícil, suelen ser serenos, conciliadores, armonizadores.
Suelen ser personas que han conseguido aprender de sus propias experiencias, tanto de las negativas como de las positivas. Creen en los demás. No reaccionan desproporcionadamente ante sus defectos, ni ante la crítica o las dificultades. No se sienten satisfechos cuando descubren los errores y debilidades de los demás (y eso no porque sean ingenuos, pues también ellos ven esos errores, pero saben que con su actitud pueden hacerles mejorar o encastillarse en su conducta). Procuran no etiquetar ni prejuzgar a la gente, sino descubrir los valores positivos que hay en toda persona. Despiertan agradecimiento y gratitud. No son envidiosas. Son agradecidas. Tienden, de forma casi natural, a perdonar y olvidar las ofensas que reciben. Buscan el modo de mejorar su formación. Leen, escuchan, poseen afán de conocer cosas, les interesa lo que interesa a quienes le rodean. En fin, toda una actitud digna de imitar en nuestra vida.
sábado, 22 de diciembre de 2007
No gracias
No Gracias
Aprende a decir: "No, gracias". Esto te ayudará a evitar las tentaciones y a llegar a tu peso deseado, entre otras buenas cosas.
Aunque hay que ser positivo en la vida, Hay que ser fiormes con los No, no quiero hacer esto, no quiero tomar lo otro, te evitará frustraciones y te sentiras mejor contigo mimo(a) sin culpabilidades y claro sin los efectos negativos.
La complaciencia por el otro no nos debe de dejar de decir No, cuando hay que hacerlo.
Aprende a decir: "No, gracias". Esto te ayudará a evitar las tentaciones y a llegar a tu peso deseado, entre otras buenas cosas.
Aunque hay que ser positivo en la vida, Hay que ser fiormes con los No, no quiero hacer esto, no quiero tomar lo otro, te evitará frustraciones y te sentiras mejor contigo mimo(a) sin culpabilidades y claro sin los efectos negativos.
La complaciencia por el otro no nos debe de dejar de decir No, cuando hay que hacerlo.
Oración de fin de año
GRACIAS SEÑOR,
Por todo cuanto me diste en el año que termina,
Gracias por los días de sol y los nublados tristes,
por las tardes tranquilas y las noches oscuras.
Gracias por la salud y por la enfermedad,
por las penas y las alegrías.
Gracias por todo lo que me prestaste y luego me pediste.
Gracias Señor, por la sonrisa amable y por la mano amiga,
por el amor y por todo lo hermoso y por todo lo dulce,
por las flores y las estrellas,
por la existencia de los niños y de las almas buenas.
Gracias por la soledad, por el trabajo, por las inquietudes,
por las dificultades y las lágrimas.
Por todo lo que me acercó a Ti.
Gracias por haberme conservado la vida,
y por haberme dado techo, abrigo y sustento
Gracias Señor. Gracias Señor. Señor.
¿Qué me traerá el año que empieza?
Lo que Tú quieras Señor,
pero te pido fe para mirarte en todo,
esperanza para no desfallecer,
y caridad para amarte cada día más,
y para hacerte amar entre los que me rodean.
Dame paciencia y humildad,
desprendimiento y generosidad,
dame Señor, lo que tú sabes que me conviene
y yo no sé pedir.
Que tenga el corazón alerta, el oído atento,
las manos y la mente activas,
y que me halle siempre dispuesto a hacer tu Santa Voluntad.
Derrama Señor, tus gracias sobre todos los que amo
y concede tu paz al mundo entero. Así sea.
Gracias Señor. Gracias Señor. Amén.
Por todo cuanto me diste en el año que termina,
Gracias por los días de sol y los nublados tristes,
por las tardes tranquilas y las noches oscuras.
Gracias por la salud y por la enfermedad,
por las penas y las alegrías.
Gracias por todo lo que me prestaste y luego me pediste.
Gracias Señor, por la sonrisa amable y por la mano amiga,
por el amor y por todo lo hermoso y por todo lo dulce,
por las flores y las estrellas,
por la existencia de los niños y de las almas buenas.
Gracias por la soledad, por el trabajo, por las inquietudes,
por las dificultades y las lágrimas.
Por todo lo que me acercó a Ti.
Gracias por haberme conservado la vida,
y por haberme dado techo, abrigo y sustento
Gracias Señor. Gracias Señor. Señor.
¿Qué me traerá el año que empieza?
Lo que Tú quieras Señor,
pero te pido fe para mirarte en todo,
esperanza para no desfallecer,
y caridad para amarte cada día más,
y para hacerte amar entre los que me rodean.
Dame paciencia y humildad,
desprendimiento y generosidad,
dame Señor, lo que tú sabes que me conviene
y yo no sé pedir.
Que tenga el corazón alerta, el oído atento,
las manos y la mente activas,
y que me halle siempre dispuesto a hacer tu Santa Voluntad.
Derrama Señor, tus gracias sobre todos los que amo
y concede tu paz al mundo entero. Así sea.
Gracias Señor. Gracias Señor. Amén.
Animales clonados
Parece que ahora van a vender leche y carne de animales CLONADOS!!! asi que todas las enfermedades se van a multiplicar, y como la clonacion estoy segura que no tiene que ser muy grata ante los ojos de Dios...ve tu a saber que nos vaya a pasar a los que comamos eso... que horror!!!!!
domingo, 16 de diciembre de 2007
Suficiencia o gratitud
"Suficiencia o gratitud"
Alfonso Aguiló. Fluvium. Dic07
A finales del siglo XV, en una pequeña aldea cercana a Nüremberg, vivía una familia numerosa. Para poder poner pan en la mesa para tantos, el padre trabaja de la mañana a la noche en un pequeño taller de orfebrería. A pesar de las modestas condiciones en que viven, dos de los hijos demuestran desde muy pronto tener grandes dotes para el arte. Ambos quieren desarrollar ese talento, pero saben bien que su padre jamás podrá enviar a ninguno de ellos a estudiar a la Academia. Después de muchas noches de conversaciones calladas entre los dos, llegan a un acuerdo. Lanzarán al aire una moneda. El que pierda trabajará en las minas para pagar los estudios del que gane. Al terminar los estudios, se cambiarán las tornas y el otro sufragará los gastos del que ha quedado en casa.
Lanzan al aire la moneda un domingo al salir de la iglesia. El que gana se va a estudiar a Nüremberg y desde el primer momento es toda una revelación en la Academia. Los grabados de Albretch Dürer, sus tallas y sus óleos enseguida llegan a ser mejores que los de muchos de sus profesores, y al graduarse, sus obras ya han comenzado a cotizarse considerablemente. Cuando regresa a su aldea, la familia se reúne en una memorable velada. Al final, Albretch propone un brindis por su hermano, que tanto se ha sacrificado para hacer posibles sus estudios. Sus palabras finales son: «Y ahora, hermano mío, eres tú quien debe marchar a Nüremberg». Pero su hermano tiene el rostro empapado en lágrimas y mueve de un lado a otro la cabeza. Finalmente, se seca las lágrimas, mira por un momento a cada uno, se dirige a su hermano y le dice sin acritud: «No, Albretch, no puedo ir a Nüremberg. Ya es tarde. Mira lo que cuatro años de trabajo en las minas han hecho a mis manos. Cada hueso se me ha roto alguna vez, y la artritis de mi mano derecha ha avanzado tanto que ya no podría trabajar con la precisión y la destreza que exigen en la Academia. No quería que lo supieras hasta ahora, pero para mí ya es tarde».
Han pasado más de quinientos años desde ese día. Hoy los grabados, óleos, acuarelas, tallas y demás obras de Albretch Dürer pueden ser contemplados en museos de todo el mundo. Pero una de ellas, titulada “Manos que oran”, parece reproducir las manos maltratadas de su hermano, con las palmas unidas y los dedos apuntando al cielo, en homenaje a su sacrificio.
Agradecer oportunidades
Este emotivo relato viene a recordarnos que muchos de nuestros logros, de los que quizá nos sentimos personalmente muy satisfechos, y que atribuimos casi en exclusiva a nuestros propios méritos, han sido posibles porque se nos han dado oportunidades que otros nunca han tenido. Ser conscientes de esto es fundamental para dar globalmente a nuestra vida un sesgo de gratitud y no de suficiencia. Quizá no todos hemos pasado por un hecho así, y por tanto no lo tenemos tan claro en nuestra mente, pero todos podemos entender fácilmente que hemos contado con muchas oportunidades que a otros no se les han presentado, y no nos sería sencillo explicar por qué las merecemos más que ellos.
Todo esto son evidencias en las que conviene profundizar. Si lo hacemos, seguramente comprenderemos que debemos compartir más todo lo que tenemos, en vez de considerarlo como algo que no debemos a nadie. Todos deberíamos tener bien claro que, si somos afortunados en algo, que siempre lo somos, nuestro deber es hacerlo rendir en servicio de los demás. Sólo así hacemos verdadera justicia con ellos.
Alfonso Aguiló. Fluvium. Dic07
A finales del siglo XV, en una pequeña aldea cercana a Nüremberg, vivía una familia numerosa. Para poder poner pan en la mesa para tantos, el padre trabaja de la mañana a la noche en un pequeño taller de orfebrería. A pesar de las modestas condiciones en que viven, dos de los hijos demuestran desde muy pronto tener grandes dotes para el arte. Ambos quieren desarrollar ese talento, pero saben bien que su padre jamás podrá enviar a ninguno de ellos a estudiar a la Academia. Después de muchas noches de conversaciones calladas entre los dos, llegan a un acuerdo. Lanzarán al aire una moneda. El que pierda trabajará en las minas para pagar los estudios del que gane. Al terminar los estudios, se cambiarán las tornas y el otro sufragará los gastos del que ha quedado en casa.
Lanzan al aire la moneda un domingo al salir de la iglesia. El que gana se va a estudiar a Nüremberg y desde el primer momento es toda una revelación en la Academia. Los grabados de Albretch Dürer, sus tallas y sus óleos enseguida llegan a ser mejores que los de muchos de sus profesores, y al graduarse, sus obras ya han comenzado a cotizarse considerablemente. Cuando regresa a su aldea, la familia se reúne en una memorable velada. Al final, Albretch propone un brindis por su hermano, que tanto se ha sacrificado para hacer posibles sus estudios. Sus palabras finales son: «Y ahora, hermano mío, eres tú quien debe marchar a Nüremberg». Pero su hermano tiene el rostro empapado en lágrimas y mueve de un lado a otro la cabeza. Finalmente, se seca las lágrimas, mira por un momento a cada uno, se dirige a su hermano y le dice sin acritud: «No, Albretch, no puedo ir a Nüremberg. Ya es tarde. Mira lo que cuatro años de trabajo en las minas han hecho a mis manos. Cada hueso se me ha roto alguna vez, y la artritis de mi mano derecha ha avanzado tanto que ya no podría trabajar con la precisión y la destreza que exigen en la Academia. No quería que lo supieras hasta ahora, pero para mí ya es tarde».
Han pasado más de quinientos años desde ese día. Hoy los grabados, óleos, acuarelas, tallas y demás obras de Albretch Dürer pueden ser contemplados en museos de todo el mundo. Pero una de ellas, titulada “Manos que oran”, parece reproducir las manos maltratadas de su hermano, con las palmas unidas y los dedos apuntando al cielo, en homenaje a su sacrificio.
Agradecer oportunidades
Este emotivo relato viene a recordarnos que muchos de nuestros logros, de los que quizá nos sentimos personalmente muy satisfechos, y que atribuimos casi en exclusiva a nuestros propios méritos, han sido posibles porque se nos han dado oportunidades que otros nunca han tenido. Ser conscientes de esto es fundamental para dar globalmente a nuestra vida un sesgo de gratitud y no de suficiencia. Quizá no todos hemos pasado por un hecho así, y por tanto no lo tenemos tan claro en nuestra mente, pero todos podemos entender fácilmente que hemos contado con muchas oportunidades que a otros no se les han presentado, y no nos sería sencillo explicar por qué las merecemos más que ellos.
Todo esto son evidencias en las que conviene profundizar. Si lo hacemos, seguramente comprenderemos que debemos compartir más todo lo que tenemos, en vez de considerarlo como algo que no debemos a nadie. Todos deberíamos tener bien claro que, si somos afortunados en algo, que siempre lo somos, nuestro deber es hacerlo rendir en servicio de los demás. Sólo así hacemos verdadera justicia con ellos.
¿Para qué estás aquí?
Para qué estás aquí?
de Vicens Rodriguez.
4 de diciembre del 2007
No estás aquí para impresionar a nadie, sino para ayudar a que los demás mejoren. No estás aquí para acaparar todo lo que puedes, sino para dar todo lo que eres.
No estás aquí para arrepentirte por dónde has estado ni preocuparte por la dirección en que has ido. Estás aquí para vivir con toda la plenitud y riqueza que puedes imaginar.
Estás aquí para preguntar, responder, buscar y encontrar. Estás aquí para amar, experimentar, conocer y compartir. Estás aquí para crear, alentar, construir, crecer y dar apoyo. Estás aquí para pensar y actuar y, haciéndolo, transformar tu vida en una más plena de sentido, por tu sola presencia.
Estás aquí ahora, en este preciso instante, listo para hacer todas estas cosas y más. Ve más allá, mucho más allá de esos meros intentos y ansiedades que sólo sirven para frenarte.
Estás aquí ahora y las oportunidades a tu alcance representan todo aquello que has imaginado.
de Vicens Rodriguez.
4 de diciembre del 2007
No estás aquí para impresionar a nadie, sino para ayudar a que los demás mejoren. No estás aquí para acaparar todo lo que puedes, sino para dar todo lo que eres.
No estás aquí para arrepentirte por dónde has estado ni preocuparte por la dirección en que has ido. Estás aquí para vivir con toda la plenitud y riqueza que puedes imaginar.
Estás aquí para preguntar, responder, buscar y encontrar. Estás aquí para amar, experimentar, conocer y compartir. Estás aquí para crear, alentar, construir, crecer y dar apoyo. Estás aquí para pensar y actuar y, haciéndolo, transformar tu vida en una más plena de sentido, por tu sola presencia.
Estás aquí ahora, en este preciso instante, listo para hacer todas estas cosas y más. Ve más allá, mucho más allá de esos meros intentos y ansiedades que sólo sirven para frenarte.
Estás aquí ahora y las oportunidades a tu alcance representan todo aquello que has imaginado.
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