sábado, 29 de marzo de 2008

la fuente de la felicidad

Hola
Si se le preguntara a la gente que es lo que mas anela casi con seguridad obtendriamos la respuesta: la felicidad. La felicidad es un estado de la persona, no es solo estar riendo o estar alegre, estar en paz, o no tener hambre y sueño, no desear cosas qeu no tiene, estar con la persona amada y ser correspondido,... en fin mil y un respuestas.
Pero de algo estamos seguros es que no es el poseer cosas o dinero, o el tener fama o poder, el ser envidiado, o el poder presumir... Sin embargo son sobre estas cosas por las que muchos estan luchando e incluso hasta matarse o matar, cometer delitos por obtenerlas y qué?
Como siempre encontramso inspiración en este articlulo de nuestro amigo Aguiló que transcribimos. Ojalá les guste.

Felicidad y egoísmo
Alfonso Aguiló

Es curioso cómo muchas personas piensan que la felicidad es algo reservado para otros, y muy difícil en sus propias circunstancias. A lo mejor el pobre, si oye hablar de felicidad, piensa que es cosa que se está diciendo para los ricos, que sólo los ricos son, quizá, felices. Y los ricos, poderosos y afamados, quizá de su propia grandeza prisioneros, pensarán que se refiere a la gente sencilla, a los que ellos, inexplicablemente, ven tantas veces disfrutar y reír con cosas a las que su condición les impide acceder.

Corremos el peligro de pensar que la felicidad es como una ensoñación que no tiene que ver con el vivir ordinario y concreto. La relacionamos quizá con grandes acontecimientos, con poder disponer de una gran cantidad de dinero, o tener un triunfo profesional o afectivo deslumbrante, o protagonizar hazañas enormes...; y no suele lograrse con eso.

La prueba es que la gente más rica, o poderosa, o que mejor juega al fútbol... no coincide con la gente más feliz.

—Eso es un tópico. Como si para ser feliz hubiera que ser pobre, miserable y desafortunado...

No he dicho eso. Ni una cosa ni la otra. De entre los pobres, miserables y desafortunados, unos son felices y otros no. Y entre los ricos y poderosos, los hay también felices e infelices. Eso demuestra que la felicidad y la infelicidad provienen de otras cosas, de cosas que están más en el interior de la persona.

Son cuestiones íntimas, y si investigamos llegamos a descubrir que están causadas por nosotros mismos. Y muchas de las quejas que tenemos contra la vida, si nos examinamos con sinceridad y valentía, nos damos cuenta de que provienen de nuestro estado interior, de congojas por las cosas secundarias que nos apartan de proyecto principal de nuestra vida, del egoísmo. Pueden venir por acostumbrarse a ver con demasiado dramatismo pequeñas derrotas; derrotas, además, que con el paso del tiempo y vistas en el conjunto de la vida, pueden resultar victorias.
Por egoísmo o por soberbia

Cuántas veces pasamos penas grandes por contratiempos mínimos. Cuántas veces un seguidor de fútbol es un hombre que está triste, que está desanimado, y que tiene una tristeza y un desaliento que duran, a lo mejor, varios días, porque resulta que su equipo, que parecía imbatible, ha perdido —o a lo mejor simplemente empatado— en su campo con uno de los colistas. O los pequeños contratiempos de la oficina, del trabajo, de la clase; o esos disgustos familiares que, por separado, se ve que no son cosas que tengan gravedad para producir en el corazón del hombre tanta pena o tanto disgusto.

El egoísmo y la soberbia son los grandes enemigos de la felicidad. El egoísta vive ensimismado, emborrachado en su propia contemplación. Vivir en egoísmo es como vivir en un calabozo: oímos sólo nuestra propia voz; hablamos sólo de nosotros mismos; sólo escuchamos los lamentos de nuestro propio dolor; únicamente captamos la gloria de nuestra propia victoria personal. Cualquier otro interés está mediatizado por el interés propio. Ser egoísta es una desgracia. La generosidad y la felicidad están indefectiblemente ligadas, tanto como el egoísmo y la amargura.

Todos, con nuestra capacidad de hacer el bien a quienes nos rodean, tenemos un tesoro que repartir; y, si no lo entregamos, se pierde, para nosotros y para los demás. Por eso, buscar la felicidad de los demás es uno de los caminos más directos para lograr la propia.

Deberíamos preguntarnos con frecuencia si reparamos en los sufrimientos de los demás, porque es ése uno de los grandes secretos de la felicidad: trascender de uno mismo, descubrir al prójimo, darse cuenta de que hay a nuestro alrededor hombres que sufren, siquiera un poco, pero a los que podemos ayudar mucho.
Pensar en los demás, no en uno mismo

Cualquiera de nosotros que no encontrase en su camino hombres que sufren debiera pensar si no será un egoísta encerrado en sí mismo. Porque la vida está llena de gente falta de compañía, de afecto, de verdad; de gente herida por la traición, por su propio difícil corazón. A nuestro alrededor hay personas que necesitan alivio, y sería interesante que cada uno de nosotros viese si no se ha acostumbrado tanto a disculparse, a estar atento sólo a sus propias heridas, que tiene tan arraigado ya el hábito de dar un rodeo y pasar de largo, que le parece que a su alrededor no hay nadie necesitado.

Hay que aprender a no vivir centrado en uno mismo, a procurar interesarse sinceramente por lo ajeno...

—Y si no sientes un interés sincero, ¡no te vas a poner a hacer el hipócrita, ¿no?!

Ser educado o pensar en los demás no es hacer el hipócrita. Si uno se habitúa a preocuparse por los demás y a procurar ser agradable, y desarrolla su vida en esas coordenadas, le saldrá natural ser así, y sin hacer el hipócrita. Ese es el objetivo.

Debemos esforzarnos por ser afables. Es triste que tantos hombres y mujeres hagan grandes sacrificios para poder lucir un coche o un traje un poco mejor, o adelgazar unos kilos, y sin embargo apenas se esfuercen por ser agradables, que es gratis y de mucho mejor efecto ante los demás.
Salir de uno mismo

Para ser agradable es preciso salir de uno mismo y ser un buen observador de los demás. Todos tenemos en la cabeza la imagen de hombres o mujeres, quizás de apariencia modesta y de cualidades corrientes, pero perseverantes en la amistad, leales, que contagian a su alrededor alegría y serenidad; y su vida aparece como una luz, como una claridad, como un estímulo. Todos aseguraríamos que esos sí que son felices. Y si intentamos encontrar un algo común a todos ellos, quizás descubrimos que su secreto es que no están centrados en sí mismos.

Algo parecido a lo que sucedía con Momo, la pequeña protagonista de ese libro de Michael Ende. Una niña surgida un buen día en la vida de unas personas sencillas. Nadie sabe quién es, ni de dónde viene, ni nada. Vive en unas ruinas de un antiguo teatro griego o romano. Pero todo el mundo quiere a la chiquilla. Las gentes se han dado cuenta de que han tenido mucha suerte por haber conocido a Momo. Se les hace la niña algo imprescindible. ¿Cómo han podido antes vivir sin ella? A su lado cualquiera está a gusto.

A la hora de hacer balance de su atractivo, no es fácil decir qué cualidad especial le adorna. No es que sea lista. No. Tampoco pronuncia frases sabias. No se puede afirmar que sepa cantar o bailar o hacer acrobacias. ¿Qué tiene entonces? La pequeña Momo sabe escuchar; algo que no es tan frecuente como a veces se cree.

Momo sabe escuchar con atención y simpatía. Ante ella, la gente tonta tiene ideas inteligentes. Ante ella, el indeciso sabe de inmediato lo que quiere. El tímido se siente de súbito libre y valeroso. El desgraciado y agobiado se vuelve confiado y alegre. El más infeliz descubre que es importante para alguien en este mundo. Y es que Momo sabe escuchar.

Sobre la crisis hipotecaria

Hola
Como han de saber estamos al borde de una crisis económica y recesión, en parte propiciada por la especulación inmobiliaria, pero tambien por los prestamos sin ton ni son que se hiceron de bienes raices. Los bancos me acuerdo prestaban para casas diciendo que aunque no tuvieras crédito (en regla) o no tuvieras papeles migratorios o un trabajo fijo, no importaba pues el prestamo estaba respaldado por el propio bien raiz (casa, apartamento), al fin y al cabo las propiedades no solo no bajaban de valor si no que aumentaban más que las tasas de rpestamo. Pero sucedió lo contrario y las casa y propiedades bajaron de precio por la saturación del mercado debido a la especulacion. Algunas personas que conocemos, compraron una casa adicional, a pesar de saber que el riesgo de no poder pagarlas con sus sueldos, si por ejemplo no se les rentaba, pero era muy buena inversión y lo hicieron. Ahora hay que rescatarlos, si no el mercado se viene al suelo y los politicos sacan la cara con el dinero de los impuestos (de usted y mios). Les incluyo este articulo de Yahoo finanzas, se llama "Caridad con dinero ajeno", está un poco largo. De verdad que vale la pena, hasta dan ganas de llorar.

Caridad con dinero ajeno

28 de marzo de 2008, 04:00 AM

Pocas cosas en el mundo hay más fáciles y placenteras que ser generosos con dinero que no es de uno. Queda uno bien, es querido y admirado por el beneficiario del obsequio, y se hace sin sacrificio del consumo o de la riqueza propia; nada mejor.

Esto ha llevado a que en muchas ocasiones se haya vuelto indispensable alinear los objetivos propios con los del dueño del dinero. Por ejemplo, el otro día aprendí sobre un exitoso banco que hace inversiones privadas en Wall Street. Su criterio es sencillo y de una lógica impecable. Cuando un banquero encuentra una inversión que es potencialmente un buen negocio para el banco, lo primero que éste exige es que el banquero indique cuánto de su patrimonio personal arriesgará en la transacción; posteriormente, el banco define cuánto de su capital invertirá, y por último invitan a sus clientes a participar en la transacción. “Lo que es bueno para nuestro dinero, típicamente lo es también para el de nuestros clientes”, me explicaron. Estoy absolutamente de acuerdo.

Si tan sólo el mundo funcionara más con ese criterio, nuestro entorno y nuestra problemática serían diferentes. ¿Cuántos banqueros hubieran dado crédito “subprime” si se tratase de hacerlo con sus propios recursos? ¿Les hubiesen prestado a deudores con historiales de crédito cuestionables, sin fuentes de ingreso claras o sin activos para respaldar la operación? ¿Comprarían los hedge funds que le ofrecen a sus clientes? ¿Pagarían los costos por invertir que le imponen a los clientes que confían en ellos? Tristemente, en la gran mayoría de los casos ni siquiera se relaciona un concepto con otro.

Si esa forma de ver las cosas no impera entre las empresas privadas, mucho menos lo hace en la esfera política. Veamos lo que se ha hecho con recursos del erario público de los Estados Unidos. En marzo, se anunció que se ofrecería 100 mil millones de dólares de crédito por medio del TAF (“Term Auction Facility”), un mecanismo de subasta de recursos federales para los bancos. Posteriormente, se agregó cien mil millones para reportos (“repurchase agreements”) también en marzo; en el mismo mes, 200 mil millones de TSLF (“Term Securities Lending Facility”) como líneas de crédito para préstamos; y, por cantidades no determinadas, PDCF’s (“Primary Dealer Credit Facility”).

Se extendió a 90 días la ventana de descuento para bancos y, finalmente, se dio 30 mil millones de líneas de crédito para apoyar a JP Morgan Chase en la compra de Bear Stearns. ¿Qué dirían los contribuyentes –dueños del dinero- si entendieran claramente la cantidad de recursos que se está arrojando como si fuese confeti? ¿Cuántos políticos estarían proponiendo generosos rescates si éstos se hicieran en parte con su dinero?

En su mayoría, éstas son líneas de crédito que se ofrecen para evitar que el mercado se paralice. Lo que se busca es que la incertidumbre sobre la potencial solvencia de un intermediario no le cierre todas las puertas en el proceso de renovar líneas de crédito, forzándolo al colapso. En buena medida, sin embargo, estas líneas se utilizarán para pasarle al gobierno posiciones cáusticas que perforan los balances de las instituciones financieras.

El gobierno se quedará con estas posiciones sabiendo que es posible que algunas revienten, y con la esperanza de que en tiempos mejores otras se recuperarán. Sólo éste tiene la paciencia y una tolerancia infinita a perder sabiendo que, si el mundo se acaba ellos pueden echar a andar la imprenta de billetes verdes y trabajar turnos extra si es necesario producirlos en cantidades industriales.

Pero este proceso no es gratuito; ni siquiera lo es para el gobierno más poderoso del mundo. La primera línea de costo es la directa. Al tomar pérdida tras pérdida, el gobierno utiliza recursos que provienen del contribuyente estadounidense. Para financiar ese “gasto”, lo que tiene que hacer incrementar su déficit o quitárselo a quien se deje –huérfanos, enfermos, ancianos o quien quiera que no tenga capacidad para hacer ruido o cabildeo-; la otra alternativa es simplemente imprimir, potencialmente generando inflación.

La segunda línea de costo proviene del “daño moral”. Conforme la abundancia de recursos se perciba como un rescate, se crea el incentivo para que en una próxima ocasión las entidades en cuestión tomen niveles desproporcionados de riesgo sabiendo que, si todo sale mal, habrá cómo pasarle la papa caliente al gobierno.

Pero la tercera línea es la más dañina, potencialmente, y es de la que quiero escribir hoy. En ésta se le cobra el rescate a los intermediarios financieros en la forma de regulación. El uso de recursos públicos, según la perspectiva del gobierno, justifica el incremento en el escrutinio y la supervisión de los bancos. Se les impone requisitos de capitalización mayores, se les fuerza a reservar cantidades superiores para avalar cada transacción y cada tipo de riesgo, se multiplica el valor económico de las multas potenciales y todo eso, básicamente, de poco o nada sirve para incrementar la seguridad del inversionista. Sin duda lo que si crece es el tamaño del gobierno, la posibilidad de que su influencia crezca, la probabilidad de que, en un futuro, los reguladores podrán vender sus servicios como consultores o asesores de aquellos que hoy les temen.

Deje darle un ejemplo no financiero. Después de la tragedia del once de septiembre, el gasto en seguridad de los aeropuertos se multiplicó muchas veces. Se crearon reglas estrictas para “proteger” a los pasajeros. Ahora tengo que quitarme los zapatos cada vez que paso por seguridad, y los encargados de revisarme pasan minutos revisando cada líquido en mi poder asegurándose de que estén en contenedores de menos de cien mililitros (me pregunto qué se puede hacer con cien mililitros de nitroglicerina). Lo que buscan es seguir procedimientos y reglas concretas y, al hacerlo, desconectan su cerebro y evitan el proceso que sería más lógico: preguntarse dónde están los riesgos reales que quizá no estén “tipificados”.

Lo que al regulador o a la autoridad le preocupa es hacerse presentes, hacer como que hacen, hacer parecer que hacen mucho para así recibir presupuestos mayores, tener más gente bajo su mando, aunque al final del día quien pague sea el contribuyente.

Tapar el pozo después de que se ahogó el niño en casos como el de Enron se tradujo en regulaciones como la Sarbanes-Oxley. Ésta ha incrementado sustancialmente el costo de abogados y auditores de las empresas. Se estima que los costos de auditoría crecieron en 38% desde la implantación de ésta, y que los nuevos gastos directos para las empresas oscilan entre dos y cinco millones de dólares al año.

Lejos de incrementar el nivel de involucramiento de los consejeros o directores de las empresas –lo cual era uno de los propósitos- les ha llevado a requerir pagos más altos para cubrir seguros contra demandas y el costo de los abogados a quienes consultan para todo lo que hacen en la empresa. No se involucran más, se distancian de la toma de decisiones para evitar contingencias legales.

Por si fuera poco, los reguladores estadounidenses gustan de la extraterritorialidad, por lo que imponen criterios propios al regular a empresas extranjeras aunque éstas participen sólo marginalmente en los Estados Unidos. Ante el potencial crecimiento en el costo, muchas empresas se han deslistado de las bolsas americanas y muchos bancos extranjeros han simplemente cerrado sus puertas en los Estados Unidos.

Esta es una de las principales razones por las que Nueva York ha perdido terreno en relación a Londres como centro financiero. El fuerte incremento en el costo de “compliance” (el cumplimiento de requerimientos legales y regulatorios) afecta a la rentabilidad de las empresas y privilegiará a los grandes contra los pequeños.

Los bancos grandes ahora tienen ejércitos de abogados dentro de su nómina, y además pagan miles de horas de abogados externos cada año. ¿Quién cree usted que finalmente paga ese fuerte incremento en costos? Evidentemente, lo pagan los clientes en costos que a veces ven, pero que típicamente están por ahí escondidos.

La regulación bancaria típicamente establece reglas. Igual que en el caso de quien revisa para la seguridad de un avión, el hecho de que el tiempo y la atención de quien supervisa esté enfocada en que el pasajero se quite el calzado o en que no traiga un perfume en una botella grande, provoca una falsa sensación de seguridad y le da a los posibles malhechores la guía de qué tienen que cuidar para pasar el escrutinio, sin tener el riesgo de que quien revise simplemente utilice el menos común de los sentidos: el sentido común.

Al final del día, los contribuyentes pagarán por las nuevas e inútiles estructuras y por este tiradero que no fue causado por falta de regulación sino por exceso de liquidez, demasiada avaricia y demasiada inocencia.

Desafortunadamente, no se puede legislar para que las crisis no ocurran, o evitarlas por decreto. Por definición, los reguladores siempre irán atrasados con respecto a las prácticas del mercado y se esmerarán por cerrar un hueco cuando ya habrá tres o cuatro con capacidad de reemplazarlo.

Los contribuyentes pagarán directamente con impuestos, nuevos cargos por servicios bancarios y tasas de interés más altas. Lo harán indirectamente con mayor inflación, menor inversión en infraestructura y potencialmente con menor crecimiento económico.

Mientras tanto, los políticos estarán ocupados siendo los héroes que salvan el día y lo harán, como siempre, con dinero que no es de ellos.

sábado, 22 de marzo de 2008

La fé también se estudia

Hola
La fé es creer en verdades no demostradas. Eso es más común que lo que la gente cree. Yo creo en la Antártida aunque nunca la he visto y posiblemente nunca la vea. Pero creo en ella porque personas de gran autoridad intelectual y moral me han dicho que existe y claro me la muestran en planos, en fotografias y relatos. Ahora ultimamente he visto hasta una película de la Antártida y en el sistema de mapas de Google puedo "verla" desde satélite, eso me dá más confianza de que existe. Pero de hecho nunca he dudado de ello y podría defender su existencia con todas mis fuerzas. Hay muchas otras "verdades" que también creemos y que eventualmente sabemos son verdades parciales y sin embargo somos capaces de dedicarle toda una vida a estudiarlas como son las "verdades"de la física o de la biología, que por supuesto dadas sus dimensiones no las vemos, ni sentimos.
Desde que eramos chicos poniamos toda nuestra confianza en nuestros padres y luego en nuestros maestros, que nos contaban historias sobre el pasado o nos decian tantas cosas que poniamos toda nuestra fé en ellas. Pero hay una cosa qeu a veces ponesmo más que en duda y/o no le hacemos caso. Me refiero claro a las cuestiones metafísicas: la existencia de Dios,... la religión etc. Me parece muy importante que dudemos de ellas, pues la fé verdadera y madura es una fé reflexionada que crece y crece a golpes. La fé religiosa no es como otras "verdades" que no nos afectan tanto en nuestra vida cotidiana, que más nos dá a la mayoría de las personas si los quarks existen como partículas o son sólo una manifestación ondular de la energía u otra cosa. Pero Dios si nos afecta o nos debería de afectar pues le daría un significado especial a la vida. ¿Para que estamos aquí? ¿Porqué debemos de actuar de determinada manera? ¿Tiene un sentido la moral?
Me parece importante pues que no solo reflexionemos, sino que estudiemos estas cuestiones, que veamos que han dicho o escrito los grandes pensadores, filósofos y maestros. Esto significa que le dediquemos tiempo y esfuerzo algo tan fundamental. No lo podemos, no debemos dejarlo de lado. La vida se nos está escapando en un vertiginoso abrir y cerrar de ojos que llega un momento que nos preguntamos que hemos hecho de nuestra vida, para qué, que haremos de lo que nos falta de vida y porqué.
Los que creemos en Dios sabemos que Dios no es demostrable y no puede ser demostrable, es decir deducido por la razón, si así lo fuera no sería Dios, sería tan sólo una ilusión de Dios a la cual yo con mi razonamiento habría superado. Dios es por definición inmenso , absoluto y rebasa toda comprensión. Sin embargo no es irracional o absurdo, le da luz y explicación a todo. Pero requiere de otra cosa aceptación de nuestra parte. La fé es un don de Dios pero requiere de nuestra libertad para aceptarlo con humildad, llamenlo como le llamen, y es una vivencia. Pero al igual que Einstein y otros grandes científicos, mientras más conozco me doy cuenta que ahí está el creador, el origen de todo este mundo y universo, el sostén de la vida y del ser. Está Dios en todas partes y en todas las cosas y situaciones, pero también está más allá. Yo no lo puedo demostrar pero es lógico.
Las otras partes de la fé religiosa son aún más contraversiales, pues si bien uno acepta que Dios existe, la pregunat natural es como me relaciono con ese Dios, ¿ en forma individual? ¿a través de mi pensamiento? ¿a través de mis oraciones? ¿a través de mi prójimo? ¿necesito de una religión establecida? ¿cuál es la religión verdadera? ¿ tienen sentido los ritos de las religiones?

Las respuestas a estás preguntas y otras articulas nuestra vida cotidiana, y hay que contestarlas razonablemente sabiendo que claro no hay una demostración. Los milagros son siempre contraversiales, la magia, el ilusionismo y los engaños nos enseñan a desconfiar de ellos. Aunque siempre he creido que los milagros están ocurriendo a cada momento que vivimos de lejos va más allá de todas las probabilidades, lo que nos ha sucedido no solo es resultado del azar, creo que hay una intervención sobrenatural en muchas cosa. Pero claro no puedo demostrarlo
pero hay una certidumbre en mi ser que me dice que así es y reflexiono en lo que me ha pasado y veo que no es al azar aunque yo haya decidido muchas cosa buenas y malas, Dios ha estado ahí; es una vivencia personal.

Todas estas reflexiones son para decir que no debemos dejar de crecer en la fé, de seguir reflexionando y ayudados por las multiples enseñanzas, qeu no debemos de temer a poner en duda las cosas. Que sigamos pues estudiando la fé.

A continuación les reproduzco un articulito de nuetros amigo Aguiló y de Fluvium sobre el tema, que les aproveche.
Eduardo Rivera (esposo de LuisaTere)

Fortaleza para creer

Alfonso Aguiló
www.interrogantes.netpara Fluvium

Porque hay también enfermedades del alma

Algunos, cuando ante sus problemas oyen hablar de Dios, o les hacen alguna consideración sobrenatural, cambian de sintonía y desconectan por completo. Reaccionan como si dijeran: "Vamos a ser prácticos, por favor. No me vengas ahora con sermones como si yo fuera un infeliz en busca de resignación. Quiero soluciones."

Quizá no comprenden que el alma es algo muy importante. A lo mejor esas personas entienden muchísimo sobre como funciona el cuerpo, y pueden hablar de niveles de colesterol o de transaminasas, conocen bien qué conviene a su salud de su cuerpo y como prevenir o curar una gripe, o lo que sea, pero no saben una palabra sobre la salud de su alma, siendo como son sus enfermedades mucho más dolorosas.

No olvides que la raíz de muchos problemas está en el alma. La raíz de muchos de tus problemas está en tu alma.

"El moderno experimento de vivir sin religión ha fracasado", decía Schumacher. Por eso, muchas veces, cuando la gente nota un vacío grande, y se pregunta qué le falta a su vida, lo que le falta es la rectitud de la fe, el acatamiento de Dios. Ese reconocimiento es lo que hace que la vida esté construida en sabiduría y libertad. No veo a Dios por ninguna parte —dicen—, mi fe se muere, o mi fe se ha muerto... y quizás la fe sigue latente, ahogada por esas costumbres insanas o aquellas claudicaciones inconfesables.

La fe es algo personalísimo de lo que no se puede prescindir, y en ella actúa la iniciativa de Dios; y la iniciativa es de Dios, pero nuestra respuesta es decisiva.

A veces, en medio del griterío de nuestro mundo interior es imposible oír su voz, y no queremos o no podemos responder. Y dejamos que permanezca esa duda, que es perezosa, que no quiere terminar de enterarse; porque supone volver otra vez al viejo tema, porque supone afrontar la realidad de muchos desengaños, y cambiar. Y cuesta. Y es más fácil dejarlo pasar. Pero hay que dar un paso, de fortaleza y de generosidad, y la duda inmediatamente pasa a ser una duda deseosa de comprobación, ansiosa de búsqueda, dispuesta a hacer lo imposible por penetrar en la verdad.
Cuando falta un serio y razonable estudio

Otras veces, el problema de fe proviene del desequilibrio en la formación. No es difícil encontrarse cristianos que son brillantes en su profesión, incluso cultos, muy leídos y muy viajados, con grandes experiencias quizá, pero absolutamente ignorantes en lo referente a su fe. Son intelectuales cristianos que abandonaron el estudio de los fundamentos de sus creencias con el final de sus estudios primarios o con las primeras crisis de la adolescencia; que conservan una imagen de la teología que bien podría servir para un cuento de hadas, cuando la teología es sin duda la ciencia sobre la que más se ha hablado, escrito, investigado y debatido, a lo largo de todos los siglos. Les falta estudio de su propia fe, que es equilibrio en su formación.

Y esa fe débil bien puede tener su causa en una formación religiosa deficiente o impartida por personas que no han sabido mostrarles su grandeza. Esa ignorancia es un formidable enemigo de la fe, puesto que la fe en cualquier cosa exige siempre un suficiente conocimiento previo.

Por eso hemos de ser consecuentes y dedicar el tiempo y esfuerzo que sean precisos para tener un conocimiento de la doctrina cristiana adecuado a nuestra condición intelectual. De esta forma, la experiencia de tantos siglos en la vida de tantas personas nos ayudará a vivir esas exigencias y a superar las dificultades que se nos presenten, que quizá no sean nuevas.

miércoles, 19 de marzo de 2008

No dejes que nos echen basura

Hola
Les propongo esta reflexión muy buena sobre el evitar que las cosas que no valen la pena te afecten, como dice el artículo uno tiene que seguir adelante, sacudirse el polvo de una caida y no mirar para atrás, enojarse o lamentarse. Y eso no sólo para ser triunfador o líder, sino simplemente para ser feliz.
Yo me acuerdo de cuando viviamos en la gran ciudad de México en las mañanas el tráfico se pone insoportable y también la agresivad de los conductores, yo contaba como chiste, pero es una triste realidad que en mi trayecto de 45 minutos al trabajo recibía fácilmente cinco insultos al día, tanto verbales, como de señas o de sonidos de klaxón que pretenden insultarnos a través de la madre. A esto había que agregar la forma majadera de conducir, no dejando pasar, echando el automóvil a peatones y a otros autos, cerrándose, saltándose las filas, conduciendo por la marginal, por supuesto que pasandose el semáforo en rojo y mil cosas mas, que al principio yo llegaba extenuado a mi trabajo y con enojo; pero aprendí a que me resbalara y a sonreir. Por cierto que el sonreir me llevó más de alguna vez insultos adicionales...
La alegoría del artículo es bonita, pero pobres camiones de basura no tiene la culpa.
Eduardo Rivera (esposo de LuisaTere)

"Cuídate de los Camiones de Basura"
Es un modo de la vida: más realista, más optimista, más justo y más feliz. 3-16-08 David J. Pollay merlinpurpura.blogspot.com

¿Con que frecuencia permites que las tonterías de otras personas cambien tu estado de animo? ¿Permites que otro conductor te haga enojar cuando vas manejando, o un mesero grosero, un jefe cortante o un empleado insensible arruine tu día?
A menos que seas el Terminator, por un instante estas algo molesto. Sin embargo, lo que distingue a una persona exitosa es lo rápido que puede enfocarse de nuevo en lo que realmente es importante. Hace 16 años que aprendí esta lección. La aprendí en el asiento trasero de un taxi en Nueva York.
Me subí a un taxi y partimos para la estación "Grand Central". Íbamos en el carril derecho cuando de repente un coche negro brinco de un cajón de estacionamiento justo en frente de nosotros. El chofer freno con fuerza, dio un patinazo, y por unos pocos centímetros evito chocar con el otro carro. El conductor del otro coche, el que casi causo un accidente, volteo su cabeza y empezó a gritarnos con muchas palabrotas. El taxista solo sonrió y le saludo amable. Así que, yo le pregunte, "¿Por que hizo eso?" Ese cuate por poco destruye su auto y nos manda al hospital.
Entonces el taxista me dijo lo que ahora llamo 'La Ley del Camión de Basura.' Muchas personas son como un camión de basura. Andan llenos de basura; llenos de frustración, enojo, y decepción. Ya que se les va amontonando la basura, necesitan un lugar en donde puedan tirarla. Si se lo permites, te la echan a ti.
Un modo de ver la vida
Cuando alguien quiere echar su basura sobre ti, no lo tomes en forma personal. Solo sonríes, saludas, deséales lo mejor, y sigue adelante. Estarás feliz de que lo hayas hecho.
Así que, esto era la Ley del Camión de Basura.. Empecé a pensar, "¿Cada cuanto permito que los camiones de basura me atropellen?" Y, "¿cada cuanto tomo la basura que llevan y la riego sobre otras personas… en el trabajo, en casa, en las calles?"
Fue ese día que dije, "Ya no voy a hacer eso." Empecé a ver muchos camiones de basura. Veía lo que llevaban. Veía cuando llegaban para vaciar la basura.. Y como mi taxista, ya no lo tomo en forma personal. Solo sonrió, saludo, les deseo lo mejor y sigo adelante. Uno de mis jugadores favoritos de fútbol americano de toda la historia, Walter Payton, hizo esto todos los días en el campo de fútbol. Tan pronto como cayo al suelo después de ser tacleado, se paraba. Nunca se quedaba pensando en el evento. Payton estaba listo para hacer que la siguiente jugada fuera la mejor.
Los buenos líderes saben que tienen que estar listos para su próxima junta. Los padres buenos saben que tienen que recibir a sus hijos con abrazos y besos cuando regresan de la escuela. Los maestros y padres saben que tienen que estar totalmente presentes y dando lo mejor para las personas que les son importantes.
La gente exitosa no permite que los camiones de basura tomen el control de su día. ¿Y tú? ¿Que pasaría en tu vida, empezando hoy, si permitieras que mas camiones de basura pasaran sin que te afectaran? Apuesto que estarías más feliz. Así que, ama a las personas que te tratan bien. Olvídate de las que no lo hacen. Cree que todo sucede por una razón. Si se te presenta una oportunidad, TOMALA. Si algo cambia tu vida, DEJA QUE TE CAMBIE. Nadie dijo que seria fácil.
"Se mas amable de lo que es necesario, porque cada persona con la que te encuentras esta peleando alguna batalla."

sábado, 8 de marzo de 2008

Tratamientos caseros y gargaras con sal

Hola
Bueno ahora nos toca hablar de salud, o mejor dicho cuando falta un poco de salud, aunque lo mejor es una prevención llevando una vida sana, comiendo saludable y vegano, tomando sol y haciendo ejercicio. Sin embargo unos consejos para esas enfermedades comunes no nos caen mal.
Para que me crean, si una cosa van a recordar de mi , mi familia y mis amigos es que siempre estoy recomendando que hagan gargaras con sal. En este articulo que me llegó hace tiempo hacen referencia a muchas de las cosas que digo especialmente las famosas gargaras con sal.
La sal es buenisima como desinfectante, es natura y muy barata. Un poco de agua con sal además de desinfectar pequeñas heridas, tambien tiene efectos desinflamatorios. Por ejemplo en una hinchazón o moretón, éstos son ayudados metiendo la parte inflamada en agua caliente con sal.

Tratamientos caseros


Evite y combata enfermedades no graves y repentinas sin salir de su hogar

A partir de Lourdes López
Vida y Estilo
11 de enero de 2005

Una tos pertinaz, un dolor de estómago, una diarrea o cualquier malestar súbito llevan a una experiencia no sólo dolorosa, sino inconveniente en muchos aspectos. Aparte de los engorrosos síntomas, las ausencias al trabajo, a la escuela o las noches en vela son algunos de los resultados de esas condiciones.

Por lo regular, esos males no requieren la visita al doctor, ni siquiera la administración de fármacos con prescripción médica, pero sí la prevención indispensable de tener siempre a mano remedios que pueden sacar del apuro en minutos.

Otra buena opción son los tratamientos de emergencia con productos caseros que pueden aminorar o curar esas inoportunas molestias.

No dude en aprovechar los consejos de su mamá o abuela, podrían ayudar a aliviar malestares imprevistos.

Prepárese, antes de quejarse

Como siempre la recomendación generalizada de los doctores es la prevención. Usted y su familia pueden ahorrarse mucho dolor, preocupaciones y gastos si tratan de evitar enfermedades.

En primer lugar sugiere:

* Manténgase activo. Aun el ejercicio moderado tendrá un gran efecto positivo en su salud.

* Coma bien. Elija comidas nutritivas y bajas en grasa.

* Controle la tensión y los nervios. Tome cursos de relajación, yoga, meditación, respiración.

* No fume, no consuma bebidas alcohólicas, ni consuma drogas. Eleve la calidad de su vida, en lugar de intoxicarse con sustancias nocivas a su salud. Evite accidentes y enfermedades.

* Piense en la seguridad. Todas sus actividades deben ser seguras, en el trabajo, al conducir su auto y al relacionarse con los demás.

* Apréciese usted mismo y a su familia.

* Promueva la paz. Evite conflictos y recuerde que precisamente la paz empieza en su casa.

* Vacunas. Usted y su familia pueden evitar enfermedades si se administran las vacunan sugeridas por los doctores.

Especialmente en invierno

En esta época invernal, los 200 virus que causan la gripe se fortalecen y, en general, las enfermedades de las vías respiratorias están a la orden del día. Los menores y las personas mayores son los más susceptibles a contagios. Protéjalos con una dieta nutritiva y balanceada que ayudará a fortalecer su sistema inmune, y también con una vida activa.

Conviene incluir en la alimentación cítricos, cebolla y ajos y muchos líquidos. Opte por jugos naturales, tés o agua.

Catarro

El contagio de catarros aumenta en esta temporada y los estornudos y ojos llorosos son comunes en centros escolares, laborales o lugares públicos. Para prevenir esa molestia, lávese frecuentemente las manos, sobre todo cuando esté en contacto con personas con gripe. Evite tocarse la nariz, los ojos y la boca. Amamante a su bebé, lo protegerá de catarros y otras enfermedades.

Tratamiento en casa

* Descanse más de lo normal cuando regrese del trabajo o la escuela. Si puede ausentarse de sus actividades, mejor.

* Beba muchos líquidos, como té, jugos de cítricos.

* Tome aspirina o acetaminofén para bajar la fiebre, pero no los administre a menores de 20 años.

* Use pañuelos desechables, en lugar de pañuelos de tela.

* No combine medicamentos para tratar varios síntomas diferentes. Tome un descongestionante si tiene la nariz tapada y una medicina especial para la tos.

* No use antihistamínicos, no sirven para el catarro.

Tos

Cuando el cuerpo trata de eliminar el moco o flema o cualquier basurita de los pulmones se produce la tos. Existen dos tipos de tos, la de flema y la seca. La primera es provechosa porque trata de eliminar la flema de los pulmones. La tos seca puede producirse al finalizar un catarro o por aspirar polvo o humo.

Prevención

No fume y tome de ocho a 10 vasos de agua diarios.

Tratamiento en casa

* Tome mucha agua, le ayudará a aflojar la flema y a mejorar la garganta irritada. La tos seca se mejora con miel de maple disuelta en agua caliente, té o jugo de limón.

* Incluya ajos y cebollas en su dieta.

* Las pastillas para la garganta irritada mejoran temporalmente, pero no alivian ese mal, que puede durar varias semanas.

* Ese mal viral puede empeorar en la noche, ayuda dormir con la cabeza levantada con almohadas.

* Si tiene tos seca use un jarabe para la tos con dextrometorfán.

* Evite el polvo o el humo, si ésa ha sido la causa de su mal. Use mascarilla.

Laringitis

Las causas más comunes de la irritación de la laringe, el órgano donde se produce la voz, son las infecciones virales y el catarro. Este problema se genera por gritar, hablar excesivamente, cantar o por el humo del cigarrillo.

Los síntomas de la laringitis incluyen ronquera o pérdida de voz temporal, fiebre, cansancio y tos.

Prevención

Lo mejor es descansar las cuerdas vocales, deje de gritar y si puede, también deje de hablar.

Tratamiento en casa

* Los doctores opinan que las medicinas hacen poco, es mejor esperar la recuperación que llega en un plazo de 5 a 10 días.

* Descanse la voz y evite hablar.

* Deje de fumar y evite el humo de otros fumadores.

* Use un vaporizador para respirar aire fresco.

* Tome líquidos.

* Haga gárgaras de agua tibia con sal, ponga una cucharadita en una taza de ocho onzas. Tome miel de maple disuelta en agua caliente, té o jugo de limón.

Pulmonía

Este mal también conocido como neumonía es una infección de las vías más pequeñas de los pulmones, conocidas como alvéolos. Cuando esos conductos se llenan de pus o moco, el oxígeno no puede llegar a la sangre.

La pulmonía puede producirse por bacterias o virus o presentarse después de un catarro o bronquitis. Sus principales síntomas son: fiebre y escalofríos; dolor en el pecho, sobre todo al toser o respirar profundamente. También se manifiesta con una respiración forzada o entrecortada y una tos con flema de color verde amarillento.

El paciente tiene sudores, desgano para comer y una fatiga excesiva.

La neumonía o pulmonía requiere tratamiento médico.

Prevención

Manténgase sano con una dieta nutritiva, descanse y haga ejercicio regularmente. No fume y cuídese de catarros o dolores de garganta. Si es mayor de 62 años y tiene una enfermedad crónica de los pulmones como asma o enfisema pida a su doctor una vacuna neumocócica.

Tratamiento en casa

Tome de ocho a 12 vasos con agua al día. Ayudará a diluir la flema.

Descanse mucho y no trate de apurar la recuperación.

Tome la medicina recetada por el doctor.

Deje de fumar.

Dolor de amígdalas

La amigdalitis o inflamación de las amígdalas y de los tejidos linfáticos se presenta con dolor, fiebre y cansancio. Usted puede ver las amígdalas a los lados de la garganta y en la parte de atrás de la boca.

Cuando se infectan causan dolor, sobre todo al pasar los alimentos, se hinchan, se ponen rojas y tienen pus.

Antes era común que los doctores extirparan las amígdalas y los tejidos linfáticos, ahora ya no lo recomiendan. Consideran que son importantes para combatir infecciones.

Prevención

Tome más líquidos, de ocho a 10 vasos diarios.

Evite irritantes como el humo, el polvo. No fume.

Evite el contacto de personas con infección en la garganta.

Tratamiento en casa

* Gárgaras de agua tibia con sal cada dos horas. Mezcle 1/4 de cucharadita de sal en una taza con agua tibia de ocho onzas.

* Beba líquidos. La miel de maple disuelta en agua caliente, té o jugo de limón le ayudará a recuperarse.

* El acetaminofén, la aspirina o el ibuprofén le calmarán el dolor y le bajarán la fiebre. No dé aspirina a menores de 20 años.

* Algunas pastillas para la garganta son seguras, efectivas y no requieren receta. Busque las que tienen anestésicos para el dolor, como el clorhidrato de diclonina (dyclonine hydrochloride, en inglés).

domingo, 2 de marzo de 2008

Caracter y superación

Hola
De nuestro amigo Aguiló, esta vez nos hace una reflexión interesante de como forjar el caracter y lo que se necesita para la superación, el primer paso: el conocimiento y la aceptación de sí mismo.
que lo disfruten.

El carácter y la falta de carácter

por Alfonso Aguiló de Fluvium
www.interrogantes.net
de Carácter y acierto en el vivir:100 relatos y reflexiones sobre la mejora personal
Alfonso Aguiló

La importancia de conocerse

Cada uno tiene su personalidad, una forma de ser que le es propia, que configura su carácter. Cada uno es a su manera. Afortunadamente no somos todos iguales: hay aspectos que nos distinguen de otros, cualidades, aptitudes, rasgos que componen nuestra personalidad, de la que podemos y debemos estar orgullosos.

Muy distinto es sin embargo lo que sucede con los defectos. Ya no son cosas del carácter, sino mas bien de la falta de carácter. No se puede considerar como un rasgo positivo el ser perezoso, o patológicamente curioso, o un egoísta redomado. Tampoco, por ejemplo, el ser arrogante o envidioso. Son defectos que es bueno conocer, y saber que existen, pero como tales hay que proponerse eliminarlos.

A su vez, hay aspectos del carácter que siempre serán positivos y en los que convendrá ir mejorando. Es una labor que hay que comenzar desde temprana edad porque, cada día que pasa, cuesta más. No se reconducen igual los defectos a los cincuenta años que a los quince.

—Pero el tiempo es sabio, dicen, y atempera el carácter...

Solo, no. El tiempo arregla a los que se esfuerzan por mejorar y estropea a los que se dejan llevar por su falta de carácter. Su mero transcurso, sin más factores, no hace cambiar el sentido de una evolución; simplemente la hace mayor o menor.

Si no se hace nada, el tiempo pasa y seguimos igual, o peor. Y a partir de cierta edad, se puede decir que uno es ya responsable de su cara, de su talante, de su trato agradable o desagradable. Y si tiene mal carácter es porque no ha sabido o no ha querido corregirse.

Hay que enfrentarse al tema del carácter, antes de que sea tarde y haya cristalizado en defectos difíciles de superar. Es una pena ver a personas que por su edad debieran ser otra cosa, y que se reconocen impotentes ante su cobardía, o sus arranques de mal genio, o su apatía permanente... cuando ya, a esas alturas, el arreglo es muy fatigoso.

—Pero... ¿no te parece un poco antinatural esa lucha? Cada uno es como es, ¿no?

Si has llegado a leer hasta aquí es porque no estás aún satisfecho de como eres y deseas mejorar. Tener deseos de mejorar es lo más natural del mundo.

Para mejorar, primero hay que conocerse, y para eso hay que hacer un poco de autocrítica, de introspección. Si eres creyente, te ayudará hablar de esto con Dios en la oración, y hacer examen de conciencia. También te será de gran utilidad el consejo de alguien que te aprecie, de ése que sabe decirte las cosas de verdad, a la cara, lealmente, aunque de primeras a veces no te guste. A todo el mundo le hace mucho bien que le digan cómo es, y que le hablen de ello con afecto y claridad.

Y después de conocerte tendrás que saber aceptarte como eres, sin soberbia —cosa a veces nada fácil— aunque con deseos de mejorar. Entonces ya es sencillo trazarse metas con las que finalmente superarse.