martes, 23 de septiembre de 2008

Cuidado con la terapia de compras.

Algunas ideas que no nos caen mal a los jóvenes y a los no tan jóvenes tambien.

Consejos para no siempre recurrir a la 'terapia de compras'

7 de septiembre de 2008, 07:26 PM

Por Shelly Banjo

Abrumados por la presión de un nuevo empleo y viviendo con un salario de principiante, muchos veinteañeros acuden a la "terapia de compras". Aunque salir de compras muchas veces mejora el ánimo a corto plazo, gastar de más y por impulso al final produce remordimiento, tristeza y consecuencias financieras serias.

Si se ha estado pasando de la raya con la "terapia de compras", trate de identificar cualquier problema subyacente y controle sus finanzas con un plan de gastos.

Identifique qué lo incita a gastar y céntrese en resolver esos problemas primero. Los que gastan de más suelen estar abrumados en otras áreas de su vida, como el trabajo, la familia o las finanzas, sostiene Kit Yarrow, profesora de psicología de negocios de la Universidad Golden Gate.

Algunos hacen compras para premiarse tras un día arduo de trabajo o después de una mala experiencia. Los veinteañeros pueden sentirse presionados a vestirse para sus nuevas vidas de adultos, o tratar de seguir el ritmo de vida de amigos que ganan más con frecuentes cenas en restaurantes y salidas de noche. Pero comprar a crédito o pedir préstamos que luego no puede pagar sólo hará que se sienta peor, advierte Amanda Clayman, una terapeuta financiera de Nueva York.

En su lugar, ponga en marcha un plan. Antes de ir de compras, decida si realmente necesita lo que quiere comprar y si lo puede pagar. Si concluye que es necesario, busque la mejor oferta.

En vez de comprar productos caros con tarjeta de crédito, guarde parte de su sueldo cada semana y compre sólo cuando haya ahorrado suficiente. Eso lo ayudará a evitar compras impulsivas.

Si en verdad necesita un gasto para animarse. En vez de un traje, compre una pulsera barata, o reemplace la visita al centro comercial por un café con amigos, sugiere Clayman.

Si la deuda está fuera de control, podría optar por ignorar el problema dejando de pagar las cuentas, pero eso es peor. Judith Cane, una planificadora financiera, aconseja llamar a las tarjetas de crédito para explicar por qué se retrasó en el pago y pregunte si le pueden perdonar la multa por retraso; visite a un asesor de deuda, o cuéntele a sus padres o a un amigo que tiene problemas.

Trate de estar más al corriente de sus gastos diarios. De manera regular "haga una cita consigo mismo para pagar sus cuentas y saber qué está pasando con su dinero", dice Clayman.

Cuando sepa exactamente cuánto dinero entra y sale, se sentirá más dispuesto a planificar sus compras.

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