domingo, 21 de diciembre de 2008

La oración puede ser el opio espiritual.

Un pensamiento breve de nuestro amigo el Padre Antonio Vélez.

Opio espiritual

Cuando ores por los hambrientos, la comida no
les cae del cielo; eres tú quien debe llevarles el
sustento. Cuando pides por los desnudos, no
llueven prendas de lo alto; eres tú quien debe
compartir con ellos. El mundo está cansado de
palabras y pide a gritos buenas acciones.

Contentarse con rezar es hacer de la fé un opio
espiritual. La oración sin acción es un engaño; es
quizás el peor escándalo de los que se dicen
creyentes; una religión sin buenos frutos.

Anímate a servir y prueba con la solidaridad que el
amor es para ti una práctica y no pura fraseología.
La oración no es para que Dios cambie, es para
llenarte de la energía divina y cambiar tu egoismo
por entrega generosa a los demás, en especial a los
más necesitados.

Cierto día un fariseo le preguntó a Jesús quién era
el prójimo. El Maestro contó la parábola del Buen
Samaritano. La conclusión nofue: vete, reza y
habla mucho del amor. La orden fue: !Vete y haz tú
lo mismo! Lucas 10, 29-37


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