¿QUÉ ES EL VEGANISMO? El veganismo es el modo de vida que se opone a la esclavitud, explotación y muerte de cualquier animal no humano y que EXCLUYE, DE MANERA CONSCIENTE Y VOLUNTARIA, EL CONSUMO DE CUALQUIER PRODUCTO DE ORIGEN ANIMAL Las personas que somos veganas no nos comemos a los animales no humanos ni productos conseguidos a partir de su explotación como huevos, leche, miel, queso... No nos vestimos con su piel, pelo o plumas y para el aseo personal o limpieza del hogar no utilizamos productos que hayan sido testados en animales no humanos o que incluyan ingredientes conseguidos a partir de los mismos. Tampoco acudimos a “espectáculos”, atracciones o fiestas de pueblos donde utilicen a los demás animales para disfrutar de nuestro tiempo libre. El veganismo es mucho más que unos cuantos cambios en nuestra forma de alimentarnos, vestirnos, divertirnos o asearnos. Supone, en sí mismo, una actitud frente a la vida. El veganismo implica cuestionarse todo lo que nos fue enseñado, recapacitar acerca de nuestras costumbres y de las consecuencias que tienen para los demás animales. Supone hacer un ejercicio de empatía continuo, poniéndonos en su lugar, “acordarse” de que también existen y preguntarnos qué pasaría si nos hicieran a nosotr@s la mitad de las cosas que les hacemos a ell@s. Una persona es vegana cuando ya no considera a un cerdo como si fuera un alimento, cuando se da cuenta que la piel de una vaca no es para hacer bolsos o zapatos, o cuando sabe que un oso no ha nacido para vivir de "escaparate" tras los muros de un zoológico. Una persona es vegana cuando deja de mirar la realidad bajo su propia perspectiva y cuando aprende a "ver la otra realidad" desde los ojos de l@s que padecen dichas injusticias. ¿RADICALISMO... O COHERENCIA? Cuando te preguntan y comentas en una celebración familiar, cena de amig@s o comida de trabajo que no te comes a los demás animales, que tampoco consumes huevos, leche, queso ni miel... que no vistes calzado o ropa hecha con la piel y pelo de otros animales y demás, enseguida surgen los mismos comentarios: "¿no crees que es un poco exagerada tu postura? ¿no te parece que eso ya es ir muy lejos?" Esas opiniones, además de habituales, son comprensibles teniendo en cuenta que la educación especista que recibimos en su momento tenía como objeto que aceptáramos como normal reconocer al resto de animales útiles para el ser humano. Además, esos mismos comentarios podrían ponerse en boca de cualquiera de nosotr@s años atrás, mucho antes que conociéramos todo lo que implicaba nuestra forma de vida. Sin embargo nuestra conducta nada tiene de fundamentalista ni de intransigente y sí mucho de coherente. Para nosotr@s hablar de un "filete" de una ternera o de un huevo de una gallina, hablar de un abrigo de visones o de unos zapatos de piel de vaca es hablar de lo mismo. Detrás de todos esos "productos" hay un animal que ha sido convertido en nuestro esclav@, concebido para producir sin descanso y todos ellos serán igualmente asesinados el día que dejen de ser rentables. Si reconocemos a los demás animales como nuestros iguales, precisamente porque compartimos la capacidad de sentir, y nuestra obligación moral pasa por el respeto a su vida y libertad, lo lógico y normal es abandonar cualquier práctica que suponga una violación de dicho planteamiento, o bien, dejar de consumir cualquier producto o actividad que implique la esclavitud, explotación y la muerte de cualquier animal no humano, independientemente de qué animal se trate. VEGANISMO PRÁCTICO: CONVERTIR LA UTOPÍA EN REALIDAD En el momento de pasar de la teoría a la práctica son muchas las dudas que nos asaltan sobre cómo iniciar la transición hacia un modo de vida que no haga uso de los demás animales. Tú puedes comprobar que ser vegan@ es más fácil de lo que imagináis. ALIMENTACIÓN, VESTIMENTA, HIGIENE PERSONAL Y DEL HOGAR, Y POR ÚLTIMO ENTRETENIMIENTO. ¿Cómo sustituir la "carne"? ¿Y la leche de vaca? ¿Qué pasa con todos aquellos platos o productos que llevan huevo... o queso? ¿Ya nunca jamás volveremos a disfrutar y gozar de semejantes sabores? ¿Este tipo de alimentación nos ocasionará problemas de salud? En definitiva, tres son los miedos con los que habitualmente nos encontramos cuando nos planteamos optar por una dieta vegana, exenta de productos de origen animal: 1. Cómo superar el prescindir de ciertos sabores que tanto nos gustan Quizás, en un momento dado, nos asuste la idea de no volver a degustar nuestros platos favoritos o pensemos que nos va a ser imposible "dar el paso" por el fuerte apego que sentimos hacia un gusto o sabor en concreto. Sin embargo, estas sensaciones desaparecen según vamos recibiendo información sobre cómo se han conseguido esos mismos "productos" o "alimentos". Cuando conoces su procedencia y lo tienes presente simplemente eres incapaz de llevártelo a la boca, no supone ningún esfuerzo, ya no olvidas que la "loncha de jamón" que estás a punto de comer es parte de "alguien", de un cerdo en este caso, que quería vivir y disfrutar igual que nosotr@s. En la sección de explotación explicamos con todo detalle qué consecuencias tienen nuestros hábitos de vida para los animales no humanos. 2. Cómo saber que se trata de una dieta saludable y sin carencias Según la Asociación Americana de Dietética y la Asociación de Dietistas del Canadá "una dieta vegana bien planificada es apropiada para todas las etapas del ciclo vital, incluso durante el embarazo, la lactancia, infancia, niñez y adolescencia." Es normal que ante lo desconocido nos mostremos desconfiad@s, pero una buena dosis de información sobre nutrición vegana nos va a dejar sintamos totalmente segur@s de la decisión tomada. 3. Cómo sustituir determinados “alimentos” de origen animal La leche es fácilmente sustituible por otras leches de origen vegetal como las de soja, arroz, avena o almendras. Como todo, es cuestión de gustos y se trata de ir probando hasta dar con la que más nos convence: algunas están enriquecidas con calcio, otras con vitamina B-12, las hay más dulces ya que contienen concentrados de manzana o vainilla, etc. En cuanto al resto de lácteos, también encontramos sustitutos estupendos en el mercado, la gran mayoría derivados de la soja: hay yogures, quesos y nata hechos a base de soja y margarinas vegetales libres de ingredientes de origen animal. En cuanto a los huevos, dependerá de aquello que pretendamos cocinar. Así, si lo que queremos es hacer una tortilla de patatas utilizaremos en lugar de huevos harina de garbanzo mezclada con agua (ver apartado de recetas veganas). Para hacer rebozados, emplearemos directamente pan rallado o harina o bien podemos elaborar una masa mezclando en un bol, por ejemplo, 4 cucharadas de harina, ajo picadito, perejil y un cuarto de vaso de agua. Se puede hacer también con harina de garbanzo, curry, pimienta y agua. En el caso de los bizcochos podemos sustituir los huevos por harina de soja o linaza molida y agua. La miel puede sustituirse por melazas y siropes, concentrados de manzana, zumos de frutas concentrados o mermeladas sin azúcar. Hay que prestar especial atención a todos aquellos productos que encontramos en tiendas y supermercados y que pueden contener tanto lácteos, huevos como miel: galletas, pan, chocolates, cereales de desayuno, hojaldres, pasta, helados, platos precocinados, etc. Para todos ellos también existen alternativas, basta con que hagamos un repaso rápido al listado de ingredientes y optemos por aquellos productos que no contienen derivados de animales. Cuando eliminamos de nuestra dieta partes del cuerpo de ciertos animales, lo que comúnmente conocemos como "carne" y "pescado", nuestra ingesta de verduras (vegetales), frutas, legumbres (lentejas, garbanzos, alubias...), cereales (arroz, cous cous, maíz, trigo, mijo...) y frutos secos ha de ser mayor. Por otro lado, existen las llamadas proteínas vegetales como el tofu, el seitán y el tempeh, que podemos emplear como segundo plato, en filetes empanizados, como base de croquetas, en bocadillos, etc. La soja texturizada o proteína de soja (se la conoce de las dos maneras) nos sirve como alternativa a la "carne molida o picada" o para hacer hamburguesas y croquetas. Además, si tenemos prisa y lo que buscamos es un producto ya preparado, podemos encontrar un sinfín de ellos en supermercados. La vestimenta vegana A la hora de ir de compras, si necesitamos un suéter o unos zapatos o un bolso, lo primero que debemos tener en cuenta es que no hayan sido confeccionados con la piel ni con las plumas o el pelo de animales no humanos. Para asegurarnos de que nuestra elección es 100% ética basta con mirar la etiqueta correspondiente y si tenemos dudas, es aconsejable preguntar al/la dependiente que tengamos a mano. Hoy día, afortunadamente, existen en el mercado un sin fin de productos hechos con fibras vegetales o materiales sintéticos. En cuanto a los materiales de nuestras prendas de vestir y demás complementos, desechamos los de procedencia animal tales como la lana, la lana merina, la alpaca, el cuero, el ante, el serraje, la seda, el terciopelo, las plumas, las pieles... y optamos por otros como el lino, el algodón y demás fibras vegetales y sintéticas. Productos veganos de cosmética, aseo personal y limpieza del hogar A la hora de elegir un detergente para la lavadora, un champú o una pasta de dientes, antes de fijarnos en el olor, marca o tamaño del envase, lo primero que debemos tener en cuenta es que no hayan sido experimentados en animales no humanos y que no contengan ingredientes de origen animal. Basta con un gesto tan sencillo como darle la vuelta al producto que sea y fijarnos en su etiqueta. Entretenimiento vegano Disfrutar del tiempo libre sin perjudicar a nadie depende de uno mismo, de nuestra imaginación y de los valores de respeto a la vida y libertad hacia los demás animales. Ir al campo, dar un paseo en bicicleta, ir al cine o al teatro, cenar con los amigos, ir a ver el Circo del Sol o el Circo Chino, son algunas de las muchas actividades que podemos realizar sin contribuir a que se perpetúe la esclavitud y uso de animales no humanos. Este artículo lo tomé de: http://www.todosomosanimales.org/veganismo.htm Tod@s somos animales y tod@s merecemos respeto por nuestra vida y nuestra libertad. |
lunes, 25 de mayo de 2009
Veganismo
Sobre la obesidad (sobre todo para niños)
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http://www.gordos.com/Noticias/detalle.aspx?dieta=444 |
Los más pequeños no permanecen ajenos a este problema, y se sabe que un 35 por ciento de la población infantil tiene sobrepeso. Los hábitos están cambiando, el sedentarismo, la televisión y la comida basura son algunos de los elementos que contribuyen a esta situación preocupante.
La obesidad crece a un ritmo frenético en los países industrializados y se convierte así en una epidemia del siglo XXI.
En nuestra sociedad persisten una serie de tópicos que deben pasar al olvido, como es relacionar a un "bebé gordito" con un "bebé sano", o pensar que la gordura desaparecerá cuando el niño crezca. La obesidad, o exceso de acumulación de grasa, debe evitarse desde los primeros meses de la vida e, incluso, como asegura el jefe del Servicio de Endocrinología Pediátrica del Hospital Universitario La Paz de Madrid, doctor Ricardo Gracia: "hay que controlar los hábitos alimentarios desde que el niño está en el seno materno".
La edad de aparición de la obesidad infantil, en casi la mitad de los casos, es antes de los dos años. Cerca del 80 por ciento de los adolescentes obesos padecerá este trastorno metabólico en la edad adulta. Entre las consecuencias que se derivan de ella se encuentran el incremento de la mortalidad por enfermedades cardiovasculares, diabetes, hipertensión, hipercolesterolemia o inadaptación social.
Estados Unidos encabeza la lista de países con mayor índice de personas con obesidad, hasta el punto de que este trastorno amenaza con superar al tabaquismo como causa principal de muerte. Según los últimos estudios, un 65 por ciento de la población estadounidense sufre de sobrepeso o es obesa, lo que supone un gasto de 117.000 millones de dólares en gastos médicos de este país y en pensiones, debido a las enfermedades que provoca.
El resto de países desarrollados sigue los pasos de Estados Unidos y los niños no se escapan de esta espiral de sobrealimentación. En el XIV Congreso Internacional de Pediatría, celebrado en Cancún (México) el pasado mes de agosto, con un millar de especialistas de más de 150 países, se llegó a una conclusión alarmante: un tercio de los niños del mundo son obesos.
Causas de este temprano mal
Los niños que padecen obesidad no pueden llevar la misma ropa que el resto de sus amigos, no consiguen realizar las mismas actividades físicas y se ven sometidos a las burlas de los demás, lo que daña significativamente su autoestima.
"Los niños hacen menos deporte y, en general, se come mal", esto es lo que afirma el doctor Basilio Moreno, presidente de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad y jefe de Endocrinología del Hospital Gregorio Marañón de Madrid.
Según el experto, la causa de la obesidad infantil son los hábitos sociales. El niño hace menos deporte ya desde el colegio y, sin embargo, cada vez pasa más horas frente a la televisión. Hay un porcentaje muy alto que ve dos horas de televisión al día, algunos hasta cuatro, y a esto se suman las videoconsolas y los ordenadores.
Por otro lado, los hábitos alimenticios han empeorado, se han abandonado las comidas tradicionales y se ha instaurado la cultura de la comida rápida. Ir a merendar una hamburguesa no es malo, siempre que no se abuse, lo que no puede ser es que un niño consuma en una sola tarde 2000 calorías cuando no debería pasar de 300.
Con respecto a qué se hace cuando el niño ya es obeso, el especialista dice que "Hay que enseñar a los niños a elegir y a disociar los alimentos. El secreto esta en racionalizar la alimentación. El adulto acude por convicción a adelgazar, algo que implica participación, sin embargo, el niño tiene que colaborar y no está por la labor. Lo que quiere es seguir comiendo dulces y bollos y hay que empezar por establecer unas normas alimentarias y potenciar el ejercicio físico".
El factor genético
Siempre ha existido la asociación entre gordura en los niños y salud, esta creencia es totalmente falsa: hay que crear un hábito alimentario correcto desde los primeros momentos de la vida del bebé. El doctor Ricardo Gracia explica que "la prevención de la obesidad del niño debe partir desde que la madre está embarazada".
"Los genes pueden expresarse o no en relación al ambiente que tengan alrededor. Por ejemplo, si analizamos a dos hermanos gemelos vietnamitas, con los mismos genes, a uno lo dejas en Vietnam y al otro lo adoptan unos norteamericanos, el segundo se puede poner gordísimo mientras que el primero será muy delgado, básicamente, porque no tiene qué comer. En los últimos veinte años el aumento de la obesidad en los países desarrollados ha sido tremendo, es cierto que se están expresando genes, porque estamos cambiando nuestros hábitos sociales".
En las familias en las que el padre y la madre son gordos, el niño tiene un 50 por ciento más de posibilidades de ser gordo. Si la madre es gorda y el padre no, las probabilidades siguen siendo altas, mientras que si sólo lo es el padre, las posibilidades de que el niño sea obeso son menores.
Hay factores en relación al número de hijos: un hijo único tiene muchas más probabilidades de ser gordo (los padres están muy preocupados con ese hijo, y el aumentar la cantidad de comida parece que les asegura que ese niño esté más sano), así como el último hijo de una familia de seis hijos (son tantos que el menú es el mismo para todos y no siempre será el adecuado para su edad) e incluso interviene el hecho de que los padres estén divorciados.
Por otra parte, cuando son más mayores los chicos empiezan a jugar al fútbol con sus compañeros y, a los pocos minutos, el niño obeso no resiste y nadie vuelve a contar con él en su equipo. A las niñas les pasa lo mismo, cuando son un poco más mayores, las amigas ya no le llaman para ir a la discoteca. Se van quedando en casa y, cuanto más están en el hogar, más comen, más tele, más depresión y de nuevo se repite el ciclo.
¿Por qué come mi hijo?
Algunos padres reconocen que no someten a sus hijos a tratamientos contra la obesidad por miedo a que el niño o la niña se preocupe demasiado y acabe cayendo en otros trastornos relacionados con la alimentación, que afectan a un menor número de personas pero son más temibles, como la anorexia o la bulimia.
Sin embargo, el doctor Gracia insiste en que hay que tratar la obesidad porque es una enfermedad, no es sólo un problema estético:.
"Hay niños obesos con seis o siete años que ya tienen hipertensión, hiperglucemia e hipercolesterolemia, tendencias que persisten en el sujeto toda su vida, aunque se quite la grasa y se controle el factor peso".
Las costumbres alimenticias se forjan desde los primeros meses de la vida, por ello hay que hacer hincapié en esta época. El doctor Gracia explica que es más recomendable la alimentación mediante el pecho materno en estos primeros meses: "así el niño consume sólo lo que necesita, se autorregula, mientras que con el biberón se tiende a alimentarlo de más porque se administra una cantidad ya marcada".
Después, es importante, entre otras pautas, determinar el horario de las comidas, el lugar, la forma de masticar o marcar un tiempo para que el niño coma despacio. No es recomendable acostumbrar a los niños a premiarles con dulces o golosinas por su buen comportamiento y, otra de las tareas de los padres y educadores, además de imponer una dieta equilibrada, es promover el imprescindible ejercicio físico.
Si el niño ya es obeso, los padres deben acudir en busca de ayuda médica porque no sólo está en juego la salud actual de su hijo, sino también la del futuro.
lunes, 18 de mayo de 2009
Pueden llevar su comida, si son invitados
Una cosa que me gustó mucho de este artículo es que no SOY LA ÚNICA, por fin alguien me comprende http://www.univision.com/content/content.jhtml?cid=1413950 "Si llevas tu plato de comida a todo sitio, aún cuando eres la invitada/o. Esto pudiera ser una señal de que no comes ningún tipo de carne, aves, pescados o lácteos; o que sólo comes comida orgánica, no procesada, no enlatada, o sólo cruda. No tiene nada de malo que seas vegetariana/o o vegana/o, o que te guste comer todo natural..." Ver también: http://www.univision.com/content/content.jhtml?cid=376492 ¿Es tu dieta saludable, peligrosa? -------------------------------------------- http://www.univision.com/content/content.jhtml?cid=1413950 La dieta de Jennifer Garner o Como tener un cuerpo de lo más 'hot' ------------------------------------------------- http://www.dietamaravillosa.com/spa/index2.php El Programa de TV que cambió mi vida. ---------------------------------------------- http://www.univision.com/content/content.jhtml?cid=1413950&pagenum=2 Rutina de ejercicios -------------------------------------------------- DIOS MÍO, MENOS TEORÍA Y MÁS PRÁCTICA. Eso es lo que me tienen que decir. Parece que lo único que ejercito son los ojos y los dedos (por lo de la computadora), aunque también el cerebro. jajaja. Besos LT |
viernes, 15 de mayo de 2009
Un "día a la semana sin carne" en ciudad belga
Hasta que se le ocurre a alguien hacer algo pagado por un gobierno (funcionarios) y hacer algo más inteligente que sólo apagar la luz una hora al año. Saludos LT http://www.bbc.co.uk/mundo/cultura_sociedad/2009/05/090514_0920_belgica_vegetarianos_wbm.shtml La ciudad de Gante en Bélgica, inicia hoy un programa para seguir un dieta vegetariana un día a la semana con miras a mejorar el medio ambiente. Los funcionarios de la ciudad, apoyados por la sociedad vegetariana del país (Alternativa Ética Vegetariana), darán inicio al evento en el mercado de frutas, invitando a los consumidores a abstenerse de comer carne los jueves. Estarán repartiendo recetas, ofreciendo demostraciones de cocina y exhortando a los restaurantes a proveer menús vegetarianos. Ganado contaminadorLos organizadores sostienen que el ganado es responsable de 18% de las emisiones de gas invernadero, una cifra apoyada por la ONU. Dicen que la industria de producción de carne también degrada el suelo, contamina el aire y fomenta la deforestación. Los funcionarios públicos y los concejales electos serán los primeros en someterse a la dieta vegetariana este jueves, comenta el corresponsal de la BBC en Gante, Chris Mason. Los niños en las escuelas seguirán el ejemplo en septiembre con su propio "día de las verduras" denominado veggieddag. Se espera que la medida reduzca la huella ambiental de Gante y ayude a combatir la obesidad.Las autoridades han mandado a imprimir 90.000 mapas indicando los restaurantes y comedores vegetarianos de la ciudad. |
martes, 12 de mayo de 2009
Influenza porcina: un llamado a la Sensatez
Queridos amigos:Les mando un interesante artículo que escribió mi amiga Leonora Esquivel Frías, en realidad el título es: influenza porcina: un llamado urgente de los animales.Les mando el link completo por si quieren ver otros artículos de ella, todos sus artículos son excelentes. Este en particular me pareció muy interesante y por eso quiero compartirlo.Besos Luisa Tere http://e1.mc521.mail.yahoo.com/mc/showMessage?fid=Inbox&mid=1_5180492_AHAwvs4AAD5ISgcv%2BQCCYBXDChM&sort=date&order=down&enc=auto&.rand=551224026&da=0&startMid=25 Influenza porcina: un llamado de los animalesEn abril se detectó en México un brote de gripe porcina en humanos que causó más de 20 muertes. Este brote epidémico ha presentado casos en Estados Unidos y ha llevado a la Organización Mundial de la Salud (OMS) a instar a todos los países a que estén alerta a fin de detectar los casos de gripe.El Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos dijo que el virus es una combinación no vista antes de virus comunes entre cerdos, aves y humanos. Aún se desconoce el virus mutante que provocó la enfermedad en los seres humanos y no existe una vacuna para humanos. La gripe porcina es una enfermedad respiratoria aguda sumamente contagiosa que normalmente afecta a los cerdos. Se propaga a través de pequeñas partículas en el aire o por contacto directo. Según la OMS tiende a infectar a gran parte de la población porcina, causando la muerte de entre 1 y 4% de los afectados. No todos los animales afectados presentan síntomas. La gente por lo general contrae el mal a través de contacto con cerdos enfermos, aunque se ha informado de algunos casos limitados de contagio entre humanos. Alertas van y vienen y la población ha comenzado a entrar en una especie de pánico. Debemos tomar medidas precautorias y darle la merecida importancia a este asunto. Sin embargo, me pregunto si somos capaces de ver todo lo que hay detrás de estas epidemias. Hace años fueron "las vacas locas", después la gripe aviar y ahora esto. Por más que nos avisen que no hay riesgo al comer productos porcinos pues el virus se elimina a altas temperaturas, la reflexión que deberíamos hacernos va más allá. Criamos miles de millones de animales en condiciones de poca higiene y hacinamiento. Los animales criados como comida no realizan nunca sus comportamientos naturales; ni siquiera se aparean de manera natural. Viven en bodegas, establos, sin ver la luz del sol, alimentados de manera artificial con piensos que contienen incluso deshechos de otros animales. Se les hormona para que alcancen su peso en pocas semanas, se les satura de antibióticos para evitar que se enfermen. Los males que ellos desarrollan son también consecuencia de las condiciones en las que viven, y entonces hay que crear vacunas para que no se contagien, y así sucesivamente. Nuestra civilización no aprende a través de las causas -si es que aprende. Es capaz de repetir una y otra vez los mismos errores y no irse a la raíz u origen del problema. Ve solamente los efectos y se centra en descubrir maneras cosméticas y pasajeras de controlarlos. Todo lo que le está sucediendo al planeta es consecuencia de acciones humanas. Si bien siempre ha habido extinciones, epidemias, catástrofes, modificaciones en la temperatura, esto se daba lo largo de mucho tiempo, cientos o miles de años. En cambio ahora es la rapidez, frecuencia y aceleración de estos fenómenos lo que llama la atención. Cuando ocurrió lo de las "vacas locas", mucha gente dejó de comer carne roja, la industria registró pérdidas y millones de reses fueron matadas para evitar la propagación de la enfermedad. Con la gripe aviar sucedió algo similar y también millones de aves fueron enterradas o quemadas vivas. Ahora seguramente se están exterminando miles de cerdos para intentar controlar la epidemia. Después de la creación de la vacuna la gente volvió a retomar sus hábitos gastronómicos y todo pareció quedar en el olvido. En lugar de que a partir de ese momento la industria cárnica haya decaído, parece que regresa con más fuerza que nunca, colocando a México en sexto productor mundial de ganado y segundo en obesidad. ¿Coincidencia? Los humanos nos dejamos llevar por el momento, por la inmediatez, sin pensar en las consecuencias futuras de nuestras acciones o en las causas que originan tal o cual suceso. Somos incapaces de ver que todo está interconectado. Que estas enfermedades son un llamado para modificar nuestros sistemas alimenticios y de producción, que es tal vez la única manera en que los animales dicen ¡basta! Pero nosotros cerramos los ojos y nos centramos en la manera de seguir perpetrando nuestros hábitos por más dañinos o costosos medioambientalmente que sean. Porque no queremos cambiar nada. Hemos comido animales desde hace miles de años y aunque cada vez hay más evidencia de lo insostenible que es, de las consecuencias que tiene para la salud, y las fuertes implicaciones morales que conlleva, insistimos en perpetrar sistemas de producción antinaturales y crueles, donde los animales son vistos y tratados como meros objetos. En lugar de enriquecer a los laboratorios responsables de elaborar las vacunas contra este tipo de epidemias, los gobiernos deberían replantearse nuevas formas de alimentar a una población en un planeta con cada vez menos recursos. Y nosotros como individuos deberíamos tener más sensibilidad y detenernos a pensar qué nos quieren decir el planeta y sus habitantes no humanos y por qué nos cuesta tanto escucharlos. ¿Tenemos que llegar a este punto para modificar nuestros hábitos de consumo o hay vías menos drásticas para optar por una transformación? |
viernes, 8 de mayo de 2009
Sobre el arte y la crueldad de Xavier Bayle.
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lunes, 4 de mayo de 2009
“La obesidad se contagia de hábito en hábito”
"La obesidad se contagia de hábito en hábito" http://espanol.mujer.yahoo.com/estilo-de-vida/lifestyles-obesidad-contagia-habito-habito-27042009-98.html POR M. F. SANGUINETTI, PARA TI. Dentro de poco, habrá otro modelo de hombre". La frase, enunciada con fuerza de profecía, viene del médico psicoterapeuta especializado en temas de la obesidad y los trastornos alimentarios Máximo Ravenna. "Antes, el hombre tenía un volumen determinado, pero hoy ya no hay puntos de referencia. En la actualidad, hay cada vez menos gente flaca y asceta. Quienes mantienen una salud, hacen actividad física y comen moderadamente son minorías selectas. La mayoría ya ha sucumbido, va teniendo cada vez más ganas de comer, comer y comer. Han quedado atrapados por la contagiosa tentación de la globalización. Digo globalización en sentido de globoso, de globeso. En este escenario dramático, ya nadie se acuerda de cómo era el hombre de antes, el que era así", dice y muestra una cucharita flaca como ejemplo. Para este autor de varios libros y responsable del adelgazamiento de una larga lista de famosos (Susana Giménez, Marcela Tinayre y Georgina Barbarossa han sido algunos de ellos) y otros no tanto, la lucha contra el círculo adictivo de la comida lo desvela. Todo aquel que haya pasado por el centro que lleva su nombre y tiene desde hace quince años conoce el enfoque filosófico de sus exitosos tratamientos. Pero, lejos de quedarse con una fórmula definitiva, el médico apuesta a las novedades académicas que irrumpen a nivel mundial. "Tengo mucho que aprender. Me fascino con gente que sabe cosas que no sé", reconoce, recién llegado de los Estados Unidos, donde estuvo haciendo una rotación en los consultorios del Mount Sinai, en Nueva York o en el Massachusetts General Hospital, en Boston. Ahora, se prepara para viajar al 17º Congreso Europeo de Obesidad, que se realizará en Amsterdam. Allí presentará tres trabajos. Este año, entre sus tantos planes figura la revisión de los tratamientos en sus Centros Ravenna, para que incluyan más comidas saludables con índice glucémico más bajo y para dinamizarlos: "Si el gordo se mantiene en los grupos por tiempo indeterminado, algo está fallando en nosotros", admite. Después de tanta información y tantos métodos en las últimas décadas, ¿no está ya todo dicho en materia de nutrición? No. En realidad, se está volviendo a lo que decía cuarenta años atrás, pero con más conocimiento. Cuando empecé a trabajar con obesos, la mala palabra era "hidratos de carbono". Las "4 P" (pan, pastas, postres, pizzas) eran el cuco. En aquel entonces, si bien había intuición de que había que comer menos, no se sabía que había hidratos de carbono que actuaban sobre los neurotransmisores. Hoy se sabe que no todo hidrato de carbono es mala palabra, pero sí los de alto índice glucémico, que es el que te despierta la capacidad de tener más hambre y que trae aparejado el ingreso de grasa. En los '90, las "4 P" estaban en la base de la pirámide de alimentación. ¡Esa pirámide era una apología de las harinas! Hoy, a las harinas refinadas se las ubica en la punta, que es el lugar donde menos se las debe consumir. En la actualidad, no hay pirámide sino un plan alimentario con forma de escalera, en el cual llegar arriba es peligroso y donde lo bueno para mejorar la calidad de vida es no bajar ningún escalón de los que vas subiendo. También está el tema de las calorías. Antes se decía que había calorías buenas y malas; pero hoy hay conciencia de que las calorías ¡son calorías! Y sumadas, aunque vengan de la mejor calidad de alimento, formarán la peor calidad de grasa en el cuerpo. Aunque un sándwich se haga con grasas sanas y no trans, suma calorías. ¿Pero no te parece que la información que la gente tiene es inversamente proporcional a la forma en la que come? Es cierto. Paralelamente a la tendencia de ir hacia lo dietético y reducir el tamaño de las porciones, se registra otra tendencia que es ofrecerle a la gente comidas cada vez más grandes y adictivas. Las galletitas, masitas y toda la gama de harinas refinadas son las responsables del hedonismo oral, un fenómeno que se da a nivel de los neurotransmisores cerebrales. Surgen los gordos ilustrados. Ellos le echan la culpa de su gordura a, por ejemplo, la tiroides. Y se enojan cuando uno le dice que, en verdad, es por culpa de las mollejas. Uno de los tres suplementos que aparecerán con Para Ti será para personas con 10 o más kilos de sobrepeso, es decir, un obeso. La obesidad es la primera epidemia globalizada que se registra en la historia de la humanidad. Se trata de una enfermedad/adicción contagiosa, contaminante, no bacteriana, no virósica y que se transmite de persona a persona, de hábito en hábito. Se estima que para 2049, el 100% de la población afroamericana y latinoamericana que vive en los Estados Unidos será obesa. En México y otros países, el sobrepeso con el número de masa corporal 27 ya es considerado obesidad. Cuando el índice de masa corporal (el ICM se calcula basado en el peso sobre altura al cuadrado) va de 27 a 29 estamos frente a un sobrepeso mórbido, que manifiesta enfermedad en alguna área. La obesidad grado uno está en un 30 de ICM; la grado 2, en un 35; la obesidad mórbida, de grado 3, se ubica a partir del 40 de ICM. A pesar de las medidas preventivas, en la Argentina las cifras aumentan a la par del mundo. Según la Sociedad Argentina de Nutrición, más del 52% de la población tiene sobrepeso y obesidad. Y va aumentando la obesidad infantil: un 35% –entre niños, púberes y adolescentes de 6 a 19 años– son obesos, contra el 14% registrado veinte años atrás. ¿Los gordos entienden que tienen un problema de salud? De la boca para afuera, el gordo insiste que comer es lindo. Sin embargo, si tenés 20 kilos de más lo "lindo" de comer terminó hace mucho tiempo. Hay mucho sufrimiento. Es que, en general, los desórdenes de la alimentación provocan patologías serias. Hay que decir que cuando la genética ayuda, la comida no lastima: hay gordos enormes sin hígado graso y sin hipertensión. Pero hay quienes, con 10 kilos de más, son una bomba de tiempo. La grasa, además de tener una función útil para producir hormonas, puede generar hipertensión, apnea del sueño, colesterol, ácido úrico, diabetes tipo 2 (es tan fuerte que se llama diabesidad). Antes, a todo este conjunto de enfermedades –cuyo origen es la mala relación que hay entre grasas, la producción y asimilación de alimento– se lo conocía como síndrome X. Hoy, que ya se sabe cómo y por qué surge, se lo llama síndrome de resistencia a la insulina o plurimetabólico. A pesar de que los cardíacos tienen una carga genética que los predispone, una gran gordura puede provocarles un infarto. Las combinaciones más comunes son hipertensión-diabetes o hipertensión-diabetes-dislipemia. A estas personas hay que tratar de apagarles la mecha. ¿Es posible bajar tantos kilos? Puede ser fácil o difícil, pero se puede. Cuando el "no se puede" gana cuerpo, se pierde cuerpo. Es entonces cuando, resignación mediante, te dan pastillas o te operan. Yo no creo que tenga que ser así. La gente se mueve cada vez menos: se promocionan marcas deportivas o programas de televisión, pero no que practiques un deporte. Después del trabajo, en vez de encerrarte en tu casa, dar cinco vueltas de manzana con zapatos es mejor que nada, o subir las escaleras del edificio. Como se verá en los suplementos, la recomendación es empezar despacio, hasta tener una actividad física cinco o siete veces a la semana. Dicen que sos tan duro con quien tiene muchos kilos de más como con quien tiene pocos. ¿No es exagerado enloquecer y enloquecerse por unos cinco kilitos acumulados? Soy duro, firme y convincente porque tengo que penetrar la dura capa de grasa que envuelve tanto la cabeza como el cuerpo de esa persona. Eso va también para quienes tienen sobrepeso estético, que se refiere a quienes tienen aproximadamente menos de un 10% de peso de más con respecto al peso que uno tiene que tener. ¿Quiénes lo tienen? En general, mujeres jóvenes y activas; y también las sedentarias. Para muchas de ellas, el chocolate, las galletitas y el alcohol son su debilidad. Los hombres, en cambio, van por lo salado: la carne, el pan, el queso. Ellos no sufren la gordura hasta que no es muy obvia: sufren poco por mucho. Las mujeres, en cambio, sufren mucho por poco. El hombre se escuda en frases como "Soy de buen comer"; la mujer, en cambio, nunca lo reconocerá. El hombre nunca explicará psicológicamente su gordura. En cambio, la mujer dice "Estoy sola", "Estoy mal acompañada", "Siempre me pasa algo". Hay que remarcar que el sobrepeso estético no es peligroso para la vida. Pero si alguien está acarreando cinco kilos de más por muchos años, y se la pasa diciendo que quiere sacárselos de encima sin poder corregirlo, algo anda mal. No es tanto la cantidad de kilos sino la cantidad de intentos frustrados que hablan mal de uno. Eso deja en claro la fuerte dependencia de la comida, que hace que se viva adherido a un grave circuito adictivo. "Tendría que dejar de comer tanto", suele decir la gente. "¿Por qué no lo hacés?", le preguntás. "Porque no tengo tiempo", responden. ¿Tiempo para qué?, pregunto yo. ¡Si no te ocupa tiempo no comer de más! Lo que sí te ocupa tiempo es dar vueltas alrededor de lo mismo. Cuando no podés bajar por tu propia cuenta, tenés que recurrir a alguien. Dada la alta tasa de fracasos a la hora de hacer dieta, ¿cuál es la tendencia hoy sobre los tratamientos y sus enfoques? Es cierto. Fracasaron las pastillas, las dietas convencionales y están empezando a fracasar las cirugías. Lo que está claro es que está fracasando el intento de sostener la delgadez con una alimentación equilibrada. El hombre está hecho de bajas pasiones, de bajos instintos, de alto paladar. El budismo alimentario está cada vez más lejos. Y la razón está en que, para lograrlo, hay que dejar de generar estímulos fuertes –dulces, salados y picantes excesivos– que producen la adicción. La tendencia mundial actual se basa en la moderación. Si te fijás, moderación es la palabra que más aparece en los discursos actuales, ocupa los titulares de los diarios más importantes del mundo. Volcada al mundo de la nutrición, el mensaje no es 'No comas' sino 'No comas tanto'. Tener en claro cuál es la medida de todo (de cuánto tomar, comer, jugar, salir) dependerá de la predisposición que uno tenga para no caer en el consumo que la sociedad propone. ¡Todo es consumo! ¿Cuántos gordos dejan de comer y empiezan a comprar? La moderación, en este contexto de crisis mundial (se ha estado comiendo de la misma forma alocada con la que se estuvo despilfarrando dinero) no viene nada mal. Resignar comer de más es ganancia. La enseñanza actual es que una dieta supone perder para ganar: perdés kilos y goce, para ganar años, salud y satisfacción. |